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Golf | US Open

Tiger Woods anda firme en un campo de cristal

Pinehurst muestra su dureza. Sergio aguanta

<b>   AGUANTA. </b>Woods, el mejor jugador del mundo, firmó el par (70).

El asalto a la paciencia de Pinehurst ya ha empezado. El US Open de golf abrió sus puertas sin eliminar a ningún aspirante verdadero. Queda todavía todo lo importante, más de tres vueltas para destronar al surafricano Goosen.

Los greens y alrededores de Pinehurst son como cristal de Bohemia, superficies en los que sólo los manitas van a poder vencerle al campo. Así que las posibilidades que tienen los pegadores en cualquier otro campo se reducen a la mínima expresión frente a los reyes del pitch&putt, dígase Woods, Mickelson (no tanto Singh) o cualquier europeo, Sergio al margen, claro. Ni que decir tiene que el rough engulle las bolas quizá en exceso.

García se vistió con un polo blanco y unos pantalones rojo pasión. Se tocó con una gorra del mismo color. Con ese sol de Carolina del Norte, Sergio parecía ayer un semáforo en permanente infierno. Pues se paró el mundo cuando golpeó al driver en el hoyo uno. Partió la calle, pero inmediatamente se dio cuenta de que el famoso pitch&putt sería incluso más importante que la certeza desde el tee. No acertó con el golpe corto y falló el birdie. En el 2 no la metió en green y tuvo que salvar el par con otro approach y putt. Su vuelta se estaba definiendo entre birdies y bogeys agónicos. El bunker parecía ser su destino preferido. La semana se le puede hacer larga pero sabrosa, al menos para superar su mejor posición en el US Open. Sergio ya tiene suficiente golf como para mejorar el cuarto puesto logrado en Bethpage en el 2002.

Tiger Woods madrugó. Las campanas de las ocho de la mañana no había sonado todavía y el número uno mundial ya caminaba por el uno. Woods bordeó el par del campo, sin televisión, y acabó firmando tablas con el campo (70).

Segunda jornada.

Hoy jugará en prime time (Sergio, a primera hora) para compensar sol y audiencia. Allí es donde se verá si Tiger es el Woods que quiere acceder a un Grand Slam que le coronaría definitivamente. "Tengo que pegar mejor al driver, mejorar mi posición en los hierros. Todos mis putts han sido a la defensiva", dijo Woods. No es que llore, es que simplemente temía borrarse del torneo en la primera vuelta por no entender que los cristales de bohemia hay que limpiarlos con cuidado.

Y en la cresta de esta ola pasajera, algunos nombres ilustres: Goosen, Scott, Donald, Toms... Y otros que se irán como vinieron: Browne, Jobe, Choi... Como decíamos ayer, hay muchos pero siempre ganamos los mismos.

El putt, más vital que nunca

Lo dice Mike Weir en su diario personal para la web del torneo. "El que no patee bien esta semana no tiene ninguna posibilidad de ganar", argumenta este ganador del Masters de Augusta. No hay otra solución para ser el mejor en Pinehurst. Ayer, Miguel Ángel Jiménez no interpretó los greens, falló en el golpe corto. Por este motivo, al cierre de esta edición, el malagueño rondaba el límite del +4, un resultado demasiado peligroso.