Salió un grupo muy parejo

No hay duda: lo mejor en este sorteo nos pasó antes del propio sorteo, cuando nos metieron en la Copa 2, con los terribles. Eso de salir del bombo sabiendo que no te pueden caer en tu grupo ni Alemania ni Italia ni Inglaterra da bastante tranquilidad. Descartados esos, lo peor que podía pasar es que nos cayera Holanda, el bicho malo de la Copa 3. Y tampoco. Entonces, ¿el sorteo ha sido bueno? Bueno, pues para mí, sólo regular. Podría haber sido peor (por ejemplo, nos podría haber juntado con Francia y Holanda), pero lo que nos ha salido no es el mejor de los sueños.

Porque lo que ha salido es un grupo muy parejo, en el que nadie da mucho miedo pero a nadie se ve vencido de antemano. A Portugal hace muy poquito le dimos un repaso, sí, pero es el anfitrión. Grecia no parece gran cosa, pero acaba de enviarnos a la repesca. (Pese a lo cual estaba en una copa inferior a la nuestra, por esas cosas de la UEFA). Rusia no está en sus mejores años pero siempre presagia amenazas ocultas y además tiene la ventajilla de que esas alturas del calendario cogen a sus jugadores (a los que juegan en clubes de allí, que tampoco son todos) poco gastados.

Como se trata de ser al menos segundo, un sorteo es de verdad bueno si en tu grupo caen dos flojos. Eso no se ha dado, pero hay que animarse. A Rusia la pillaremos en el Algarve, con todo el calor del sur. Para ganar a Grecia, bastará con no concentrarse en unas bodegas de vino a mil kilómetros del escenario del partido, requisito fácil de cumplir, porque jugaremos en Oporto, ciudad de bodegas tan excelsas como las de Jerez. ¿Y Portugal? Bueno, pues si nos gana seremos segundos y pasamos igual. Eso sí: el cruce de cuartos será con Inglaterra o Francia. ¡Dichosos cuartos!

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