Queiroz no se jubilará en el Madrid

Con Beckham en el equipo, El Sadar es menos fiero para el Madrid de lo que solía. Además de un exquisito toque de balón, tiene un carácter aguerrido que al Madrid de los galácticos le viene de perlas. Tan bien como le vino el año pasado la contundencia de Ronaldo. Beckham no se arruga y es capaz hasta de llamarles la atención a los que le tiran bolitas de papel en los corners o de encararse con Bakayoko, ídolo local y delantero con unas condiciones físicas envidiables. Nada más injusto, a la vista de cómo está jugando, que la imagen que se vendió de Beckham en julio.

Lo chocante es que Queiroz le alejara del epicentro del juego durante toda la primera parte. Ya hace muchos partidos que se ha hecho con los hilos del equipo y que ha acreditado que puede ser Beckham y Makelele en una pieza. Pero, con tal de no sacar a Núñez, Queiroz le desplazó a la banda derecha, como sustituto del ausente Figo, y dio el medio campo a Cambiasso y a Guti. Mal hecho. Sacar de ahí a Beckham ahora mismo es otro disparate como lo fue poner a Pavón de dos en Sevilla. En las segunda parte, con Beckham en su puesto, el Madrid mejoró. Y empató.

Está claro que entre el club y el entrenador hay una disidencia seria. El entrenador ve la plantilla corta y tiene razón, pero a veces parece que tenga demasiado interés en que eso se note. Y anoche le salió mal, porque cuando el curso del partido le llevó a tirar de Núñez (y eso después de tener a Guti durante bastantes minutos, al arranque de la segunda parte de extremo derecho) todo tuvo mejor pinta para el Madrid. Entre la fe religiosa de Florentino en la cantera y el rechazo profundo de Queiroz hay un espacio demasiado grande. Conclusión: Queiroz no se jubilará en el Madrid.

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