Cada uno ocupó su sitio

El Giro quedó ayer más que sentenciado en la etapa que más daño ha hecho de toda la ronda italiana. Y lo digo porque la supremacía de Simoni ha quedado más que demostrada con esas diferencias tan vertiginosas. Hacía muchos años que el primero no aventajaba al segundo en más de siete minutos. Al final, Simoni ha demostrado que era el más fuerte. Lo que tiene este tipo de pruebas de tres semanas es que acaba poniendo a cada uno en su sitio. Por lo demás, la etapa ha servido para destapar al corredor revelación de este Giro: Popovych. Lo poco que queda aún servirá para ver si Garzelli es capaz de retener esa segunda plaza en detrimento de Popovych.

Pero si en esta etapa ha habido un gran protagonista ése es el ganador de la etapa. Darío Frigo se ha impuesto en una etapa clásica de Los Alpes en la que por primera vez le hemos visto en condiciones. Con el consentimiento, por supuesto, de Simoni. En cuanto a la actuación de Aitor tengo que reconocer que es normal. Con el corazón, me hubiera gustado verle probarse; con la cabeza, reconozco que debía dosificar sus fuerzas de cara a la crono. Así es el ciclismo de hoy en día.

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