Aitor debe probarse

La victoria de Petacchi es más de lo mismo en un Giro que ha estado plagado de llegadas al sprint. Con la salvedad de que ayer no estaban los dos mejores sprinters de la carrera. Con Cipollini y McEwen ya en casa, Petacchi ayer fue el rey en el país de los tuertos. Aún queda un día más de llegada masiva, y la verdad es que once etapas al sprint son demasiadas porque básicamente son todas iguales. Y sobre todo, son etapas cómodas y eso hace que el Giro pierda su encanto porque todos los días es lo mismo. Me recuerda al Giro de Moser y Saroni en los ochenta en el que había doce etapas planas y de lo que se trataba era de hacer una carrera a la medida de estos corredores.

No es el caso de este Giro, donde los dos hombres fuertes, Simoni y Garzelli, son escaladores. Aunque aún quedan etapas de alta montaña, no es probable que se dé ninguna sorpresa. La única sería que Simoni tuviera un mal día, algo improbable. También podía animar el fin de la carrera el que Aitor González hiciera algo en el terreno montañoso que queda. El corredor alicantino ha demostrado que está bien y ahora lo que debe hacer es probarse ya pensando en el Tour.

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