Rotar o no rotar, esa es la cuestión

Avanza la temporada y se acumulan los partidos, los viajes y los barros. Sobre todo para los que juegan en varios frentes. Y vuelve al debate el concepto de rotación, como fórmula para repartir esfuerzos, para distribuir entre toda una plantilla la carga de la temporada. Es un concepto que merece ser tenido en serio, pero tampoco tengo claro que sea un principio esencial. Al final, como en tantos otros aspectos, el criterio más sensato es el criterio posibilista: rota el que puede y quiere, porque tiene posibilidades de hacerlo. Rotan el Depor y el Valencia. No rota el Madrid.

Rotan el Depor y el Valencia, que tienen plantillas homogéneas, con dos hombres de categoría próxima por puesto, buenos todos. Y aun así los hay que, como Valerón o Aimar, difícilmente tienen sustituto, porque su talento es especial. Y no rota el Madrid porque entre su primer equipo y la línea de reservas hay un salto indisimulable. Tras Figo está McManaman, tras Ronaldo están Portillo o Morientes, tras Raúl están Tote o Guti, tras Zidane están Guti o Solari, tras Roberto Carlos no hay nadie, tras Makelele está Celades, tras Hierro o Helguera, sólo Pavón, tras Salgado está Miñambres...

O sea: Flavio o Cambiasso y nada más. Solari es un suplente aguerrido y con categoría. Pavón se apaña. En el resto, la distancia, con los galácticos es galáctica. ¿Cómo rotar? Personalmente, creo que Portillo merecería más minutos. Pero fuera de eso no veo qué se podría hacer distinto de lo que hace Del Bosque: poner a los manifiestamente mejores salvo en la Copa, donde ya se vio lo que dan de sí los reservas, por mucho que se quiera enmascarar con hábiles referencias al Conde Lucanor. El Madrid tiene un grandioso primer equipo, pero su reserva es muy floja. Eso condiciona su temporada.

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