Ya echábamos de menos estas noches

Liga 2, Calcio 0. El Barça se apuntó su undécima victoria consecutiva en Champions, engordando un récord que va a durar, y el Valencia ganó en Roma, con lo que se prepara para disputar la segunda vuelta de la liguilla codo a codo con Arsenal y Ajax. Buenos partidos, plenos, intensos. Más brillante el del Camp Nou, más tenso el de Roma. Fútbol de altura que marca el nivel de nuestro campeonato, que nos permite ver, al comparar lo que hay aquí con lo que hay en otros lugares, que somos unos privilegiados. Que nuestro fútbol es artístico, corajudo y prestigioso. Da gusto.

Y da gusto ver por fin a Saviola. Desde que se ha ido Van Gaal es como si hubiera soltado un yunque. Anoche fue un problema continuo para el centro de la defensa de Cúper, que no encontró solución para él. Marcó un gol, dio otro y otro más llegó a la salida de un corner cedido por Toldo en una de las varias paradas que le tuvo que hacer. Saviola es la cara más feliz entre muchas caras felices de este Barça de Antic en el que cada uno juega en su sitio. "Cada uno en su casa y Dios en la de todos". Así es el fútbol: pon a cada uno donde mejor lo hace y el fútbol aparecerá solo.

Y bien el fútbol siempre encastado del Valencia, que no le pierde la cara a ningún partido. He ahí un mérito de continuidad, de fútbol pleno, practicado con la misma ilusión y la misma eficacia en todas las zonas del campo, en todos los campos. Y esta noche, más. El Depor sin Mauro Silva ni Valerón y a ocho bajo cero. Pero el enemigo no es el peor que podía corresponder, ni mucho menos, y la urgencia de puntos es máxima. Tanto como la del Madrid, que se ha empantanado en un grupo en el que todos han pillado algo fuera de casa menos él. Y no puede ceder ni un centímetro más.

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