El Madrid galopa, la Real cabalga

Con la victoria en Balaídos, el Madrid suma dieciocho puntos en los últimos seis partidos. Esa galopada le coloca a un punto del liderato, pero aún es segundo. Delante, la Real resiste el arreón. Y con mérito. Aunque en dos partidos haya quemado cuatro puntos de ventaja, el empate de ayer refuerza su imagen de líder sólido. Perdía por dos a cero, en Mestalla, y con un segundo gol de los que hunden a un equipo. Aranzabal cedió hacia su portería y resulta que pilló a Westerveld en pleno viaje astral a Katmandú. Pero la Real se rehizo de eso (mucho Kovacevic, mucho Nihat) y empató.

¿Bueno para el Madrid ? Boskov diría aquello de "hemos ganado siete puntos", porque se apuntaría los tres del Madrid más los dos por barba que dejan de ganar el Valencia y la Real. Boskov era un optimista incurable que una vez perdió por nueve y dijo que era mejor perder un partido por nueve goles que nueve partidos por un gol. Así que dejémoslo en tres puntos para el Madrid, gracias al gol de Ronaldo, que estuvo cerca de marcar algunos más. Y es que el equipo ya ha aprendido a buscarle. Y no sólo eso, sino que está modificando su juego en exceso, a mi juicio.

Lo digo porque casi todas las salidas las hizo con aceleración, en busca de ese pase final a Ronaldo que a veces es posible y a veces no. Un juego demasiado vertiginoso, salidas con velocidad de cobra para replegarse en seguida. En la práctica, dejó el balón al Celta. Los vigueses no lo supieron aprovechar por falta de pegada, pero no siempre ocurrirá así. El Madrid debe mezclar juego. Ni la elaboración tan pelmaza de antes ni esa obsesión fanática por lanzarle cuanto antes el balón profundo a Ronaldo. Ya sé que lo que pido es difícil. El fútbol es como las siete y media: o te pasas o no llegas.

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