Real Madrid Saga Gento

La herencia de Gento

Cuando Paco Gento fichó por el Real Madrid en 1953, Santiago Bernabéu estaba colocando una de las piedras angulares "del gran Madrid", como lo define el propio extremo de Guarnizo. Durante 18 años impartió su magisterio y ganó una tira de títulos. Pero para la posteridad dejó otra herencia: la saga de los Llorente. Sus cuatro sobrinos han defendido la camiseta blanca con éxito. El último en llegar, Toñín. Un repóker que compartió con AS sus vivencias.

Paco Gento, `La galerna del Cantábrico´, `El rey de las seis Copas de Europa´ y el tipo cuya deslumbrante trayectoria mereció dos homenajes en el Santiago Bernabéu, cumplió 68 años el pasado domingo. En silencio, sin fasto alguno.

Para homenajearle, AS reunió en el césped del mitificado estadio madridista a la leyenda y a su generosa herencia. José Luis, Toñín, Paco y Julio, sus cuatro sobrinos de lujo, sus cuatro caprichos, el póker genético que ha permitido eternizar con la camiseta blanca los apellidos de una saga singular: Los Llorente-Gento.

El jefe de la tribu, Paco, es poco amigo de festejos. De hecho, sus sobrinos no fueron capaces de localizarle el día de su cumpleaños para felicitarlo. "No le hace ni pizca de gracia que le recuerden los años que tiene", asegura José Luis. El tío se defiende: "Me veo ya como un abuelo y da rabia ver cómo pasa el tiempo. Pero mis recuerdos están vivos". Gento rescata de su privilegiado pasado los veranos en la playa santanderina de Galizano, donde llevaba a sus sobrinos para que todos se aficionasen al fútbol: "Al principio todos iban bien encaminados. Hasta José Luis, que le daba bien con la izquierda, y Toñín, que era muy rápido, valían para el fútbol. Todos nacieron para triunfar en el deporte".

La culpa de todo la tiene María Antonia. Una mujer que para muchos es `la hermana de Gento´, pero que para los que hemos buceado en la saga de esta familia de deportistas vocacionales es `la madre de toda la grandeza de los Llorente´. Gento tiene claro que su hermana hizo un trabajo de intendencia clave en el éxito posterior de los Llorente brothers: "Mi hermana era como una loca que sólo vivía para ellos. Les lavaba la ropa de deporte, cogía el tren para ir a verles donde jugasen y, a veces, hasta les regañaba cuando se hacían los vagos para ir a entrenarse".

Los veranos de Guarnizo y de Somo no fueron en balde. Los dos mayores de la saga triunfaron en el baloncesto (Toñín ha completado el pleno familiar de blanco fichando este verano por el Real Madrid) y los dos pequeños encontraron hueco en aquel Madrid de la Quinta del Buitre que sólo fue opacado por el Milan de Sacchi.

Gento cree que mereció la pena luchar por dar prolongación a una generación tan productiva. "Lo importante es que todos hemos defendido el escudo del Madrid y que yo no me he quedado solo. Mis seis Copas de Europa y haber jugado junto a Di Stéfano han hecho el resto...".

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