"Tokio serán los Juegos más celebrados de la historia"
Alejandro Blanco (COE), Ruth Beitia (campeona olímpica) y Juan Miguel Gómez (Fundación Trinidad Alfonso) analizan el aplazamiento en el foro Conectad@s.
Los Juegos Olímpicos, la gran misa del deporte mundial, tampoco pudieron resistir a la pandemia del coronavirus. Y por eso debían tener su sitio en Conectad@s, el foro virtual de AS que sirve de punto de encuentro entre organizadores, estamentos, empresas y deportistas para analizar el impacto del COVID-19 en el deporte. Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español; Ruth Beitia, oro en Río 2016 en salto de altura, y Juan Miguel Gómez, director de proyectos de la Fundación Trinidad Alfonso, lanzaron un mensaje optimista ante el aplazamiento de un año (23 de julio a 8 de agosto de 2021): “Deben ser la llama que nos ilumine de aquí a entonces”.
“Agoto un par de veces al día la batería del móvil, no sé cuántas videoconferencias he hecho ya”, se arranca Blanco (Ourense, 69 años), que se ha tenido que poner las pilas en tecnología desde que se declaró el Estado de Alarma el 14 de marzo y se avecinaban unos Juegos en verano que el Comité Olímpico Internacional se resistía a cancelar. Al final, diez días después, el 24, llegó el anuncio del aplazamiento. El mal menor.
“Fue correctísimo y era obligado. Lo estaba esperando todo el mundo del deporte. En una videoconferencia previa con Thomas Bach (presidente del COI) ya le comenté que nuestros deportistas estaban siendo los más afectados. No podíamos competir porque no podíamos entrenar. En aquel momento el coronavirus afectaba a ocho países de forma importante y en una semana pasó a más de 140. Era imposible organizar así unos Juegos. El problema no era llegar al 24 de julio, sino el camino.”, recuerda el ‘jefe’ del olimpismo nacional.
Lo dice mientras Ruth Beitia (Santander, 41 años) asiente. Nadie mejor que ella (bronce en Londres 2012 y oro en Río 2016) para ponerse en la piel del deportista durante esos días. No ha perdido el contacto con ellos, porque dirige las relaciones institucionales y el protocolo de la Federación Española de Atletismo (RFEA), a la vez que da clases de Atletismo en la Universidad del Atlántico.
“Me retiré para siempre, pero desde mi papel de capitana de la selección durante tantos años, los deportistas me seguían transmitiendo su inquietud. Los Juegos, por la trascendencia que tienen, deben celebrarse al cien por cien. Y hubiera sido una locura. Muchos deportistas vivían en un gran estado de ansiedad que les estaba alterando el equilibrio cuerpo-mente, lo que es fundamental”, explica la atleta. Y lanza una queja: “Se tardó demasiado, pero el virus al principio estaba muy focalizado en China, Italia y España... A día de hoy tampoco sabemos qué puede ocurrir mañana. La incertidumbre causa ansiedad a todo el mundo y, cómo no, a los deportistas que se juegan su sueño”.
“Nos ha tocado reinventarnos con el tsunami”, describe muy gráficamente Juan Miguel Gómez sobre el impacto del COVID-19 en los programas que dirige de la Fundación Trinidad Alfonso, que ha sabido dar un paso adelante para no verse arrollada. Juan Roig es el mecenas de esta institución, radicada en la Comunidad Valenciana, que otorga becas para los deportistas olímpicos y paralímpicos de la región, entre otras muchas acciones. El empresario destinó en 2019 unos 27 millones de euros al mecenazgo (11 a la Fundación y 16 al Valencia Basket).
La decisión del aplazamiento ya está tomada, pero el horizonte no acaba de aclararse. ¿Serán posibles unos Juegos en 2021 si no existe una vacuna? “Hay que ir día a día. Pero el primer problema será recuperar la normalidad en todos los países y el segundo que las federaciones internacionales determinen fechas para los torneos clasificatorios que aún no se han celebrado. A día de hoy, los calendarios no están cerrados y puede que cuando se definan no se den las condiciones sanitarias correctas en la sede o no dejen entrar a deportistas de otros países. Para tener claro unos Juegos, hay que controlar el coronavirus bastante antes del 23 de julio”, expone Blanco.
Aunque al presidente del COE no le cabe duda de que al final se competirá. “El coronavirus nos ha demostrado que somos vulnerables a nivel mundial. Pero hay que pensar en positivo. Yo no tengo ninguna duda de que va a haber Juegos. Cuestionar la cita ahora es lanzar un mensaje negativo, porque la ciencia va a derrotar al coronavirus más pronto que tarde”, pronostica.
Un problema para el año próximo es la Villa Olímpica, porque muchos de sus apartamentos ya estaban vendidos y debían ser entregados a sus propietarios en octubre, y el presidente del COE cree que Japón será capaz de resolver el entuerto. “Allí tienen que dormir unas 20.000 personas. No me imagino unos Juegos sin Villa. No serían unos Juegos, sino muchos mundiales juntos”, apunta.
“El apoyo más importante para un deportista ahora es el emocional. Sentirse escuchados es muy importante. La incertidumbre es agotadora. Ojalá podamos hacer pronto un entrenamiento al cien por cien”, lanza Beitia, que reclama un colchón ante las dudas.
La Fundación Trinidad Alfonso ya ha confirmado que el suyo será, además, más mullido. “Habíamos hecho la presentación online del programa de becas FER y dos semanas después tomamos la medida de doblar las cantidades económicas. No queremos un mensaje victimista: hay que luchar. La mejor forma es, desde nuestra trinchera, no parar tampoco nosotros”, recoge el guante Juan Miguel Gómez. Esta iniciativa, denominada ‘FER +’ destinará más de 700.000 euros añadidos a los 142 becados, para adquisición de material o desplazamientos a competiciones y concentraciones. Con esta nueva aportación, los deportistas contarán con un total de 1,7 millones de euros este año, entre la cuantía directa de las becas y el añadido del ‘FER +’. La segunda partida irá orientada a los 21 integrantes del programa FER Entrenadores y asciende a 100.000 euros, para un montante de 250.000.
Además, el COE y la Fundación ‘enredaron’ también a la cadena de gimnasios GO Fit para que colaborara en el programa ‘Hogares de Alto Rendimiento’ cuando se desató la pandemia. “Intentamos ayudar a todos los deportistas del Plan ADO para poder mantener la forma durante el confinamiento, por un lado dotándoles de material y por otro ofreciendo un asesoramiento nutricional y psicológico a través de una plataforma”, relata Gómez.
El objetivo es llegar a tope a Tokio, donde el COI anima a que haya un doble abanderado, hombre y mujer. “Me parece una decisión muy acertada, me gusta. Y España es uno de esos ejemplos de igualdad que quiere el COI, porque ya llevamos dos ediciones moviéndonos en un 53-47% de participación. Nos abre una posibilidad muy grande. Tenemos dos deportistas con cuatro medallas, el piragüista Saúl Craviotto (dos oros, una plata y un bronce) y la nadadora Mireia Belmonte (un oro dos platas y un bronce). Y también Lydia Valentín, en halterofilia, con tres (oro, plata y bronce). Gente extraordinaria con la que España estará muy bien representada”, adelanta Blanco.
De momento, toca afrontar la desescalada. “El deporte ha dado una muestra de solidaridad impresionante. Ya se ve un poco de luz, porque empiezan a entrenar. Es muy importante que tengan claro cómo lo pueden hacer. En la segunda fase habrá que concretar, porque se abrirán los Centros de Alto Rendimiento, pero hay campeones que se preparan en clubes privados y habrá que definirlo”, advierte Blanco. Beitia cree que se tardarán “al menos dos meses para alcanzar un nivel competitivo” y sentencia: “No creo que veamos atletismo este verano”.
La mirada vuelve a Tokio. “La idea de la luz al final del túnel es espectacular, porque los Juegos son lo más grande. Se reúnen 206 países y después de esta crisis de salud y económica que se puedan juntar las 11.000 personas más admiradas, ejemplares, de cada uno de ellos significaría una señal de que hemos pasado lo peor. Serán los Juegos más celebrados de la historia”, sentencia Blanco. Amén.