Las redes (anti)sociales del fútbol
Las amenazas sufridas por los futbolistas del Espanyol Daniela Caracas y Carlos Romero suceden a las de Bordalás, Havertz, Jenni Hermoso o Yeremi Pino este curso. En Qatar 2022, se detectaron 433.696 publicaciones ofensivas.

En una suerte de estadio sin ley hace tiempo que se convirtieron las redes sociales, con insultos, injurias, intimidaciones y toda suerte de lenguaje ofensivo amparados en el anonimato. “O empiezan desde el Gobierno a cortar todos estos temas y se ponga un poco de límite o un día va a pasar algo grave”, advertía el pasado viernes Manolo González, técnico del Espanyol, tras lamentar las amenazas recibidas por el jugador Carlos Romero y la pareja de éste. Y aún no había sucedido la presunta agresión sexual de Mapi León a Daniela Caracas, y sus consecuencias. Son los enésimos ejemplos de las redes (anti)sociales del fútbol.
Hace apenas tres semanas que otro entrenador, en este caso del Getafe, denunció públicamente y ante la Policía un episodio muy semejante al sufrido por Romero a raíz de su entrada sobre Kylian Mbappé, y posterior gol, en el Espanyol-Real Madrid del sábado 1 de febrero. “No estoy bien, esto es muy grave”, alertaba José Bordalás, visiblemente asustado por las amenazas posteriores al empate del conjunto azulón ante el Barcelona.
Añadía entonces el preparador del Getafe: “Confiemos en que se haga justicia y que esto no me vuelva a ocurrir ni a mí ni a absolutamente nadie”. Es obvio que no ha sido así.
Tan solo cinco días más tarde, se conocían más amenazas de muerte relacionadas con el fútbol, en este caso al autor de un ‘ninot’ con la figura de Vinicius Júnior para las próximas Fallas de Valencia. Y a inicios de enero, poco antes, el jugador del Arsenal Kai Havertz, fue intimidado con que “masacrarían” a su hijo recién nacido por el mero hecho de haber perdido ante el Manchester United.
Jenni Hermoso: “¿Quién nos protege?”
No permanecen ajena, como era de suponer, las futbolistas en este execrable ejercicio. En octubre del año pasado, Jenni Hermoso visibilizó algunos de los terribles insultos que estaba recibiendo, como ya había hecho durante sus vacaciones de verano. Y reflexionó: “A mí esto no me afecta. He pasado tantas cosas que esto sólo me hace aprender. ¿Pero quiénes son las personas que nos pueden proteger de este tipo de actos?”.
Una pregunta que tristemente sigue sin tener respuesta. No en vano, en el Mundial femenino de 2023, que conquistó Hermoso junto al resto de la Selección española, un 20 por ciento de las jugadoras padecieron algún tipo de ciberacoso; la mitad de éste, de contenido sexista.
También en octubre, en la misma semana en que la delantera de Tigres ponía sobre la mesa el debate, Yeremi Pino denunció haber sido objeto de numerosas ofensas en X (antes Twitter) tras verse involucrado fortuitamente en la lesión de Dani Carvajal, durante el Real Madrid-Villarreal.

Maffeo y Nico Williams cerraron sus cuentas
Un paso más allá tuvo que ir en la misma red social el lateral del Mallorca Pablo Maffeo, la pasada primavera, ya que decidió cerrar su cuenta personal tras recibir amenazas y mofas, sobre todo de gente recordándole sus piques con Vinicius, tras perder la final de la pasada Copa del Rey contra el Athletic Club.
Un año antes le sucedió precisamente a uno de los leones, Nico Williams, e igualmente después de caer en la competición del KO, entonces ante Osasuna. El delantero clausuró su cuenta y el Athletic lo apoyó mediante un comunicado: “No todo vale”. “Queremos además pedirles que entre todos hagamos fuerza para erradicar este tipo de actitudes en redes sociales”, expresó. Una vez más, no hubo suerte.
Semanas después, y en pleno bullicio generado por la compra de Twitter por parte de Elon Musk, el entonces jugador del Paris Saint Germain Sergio Ramos se dirigió directamente al magnate con un mensaje en inglés en que aseveraba: “Eliminar las insignias azules, forzar pagos y ganar dinero es una estrategia. Eliminar el odio, promover el respeto y hacer de Twitter un lugar mejor podría ser otra”.

433.696 publicaciones ofensivas en la Copa del Mundo
Venía en aquellos tiempos el fútbol de haber vivido recientemente la Copa del Mundo de Qatar 2022, en la que entre la FIFA y FIFPRO enarbolaron la campaña #NoDiscrimination, que a la postre sirvió para poner cifras a ese uso fraudulento de las redes sociales, mediante el informe del SMPS: Servicio de Protección de los Medios Sociales de la FIFA.
Entre el 20 de noviembre y el 19 de diciembre de 2022, se monitorearon entre otras las cuentas de 864 futbolistas y técnicos, y se analizaron más de 20 millones de publicaciones y comentarios.
La conclusión fue que 433.696 publicaciones contenían lenguaje ofensivo y que, de esas, 19.636 eran abusivas, discriminatorias o amenazantes; la mayoría, 13.105, provenían de X. De todos los mensajes, el 38 por ciento procedían de Europa y el 36 por ciento, de Sudamérica.
Se detectó que los picos de odio durante el Mundial se dieron, por este orden, en el Inglaterra-Francia, la final Argentina-Francia y el Marruecos-Portugal, siendo la selección gala la más insultada. Y eso que el programa SMPS logró ocultar a tiempo 286.895 publicaciones.
Nagelsmann, la Premier y el apagón del Corinthians
Igualmente había cuantificado Julian Nagelsmann, en este caso en más de 400, las amenazas de muerte que recibió como entrenador del Bayern de Múnich tras su eliminación en la Liga de Campeones, en abril de 2022.
Por aquel entonces, venía el Corinthians de ejecutar un apagón de sus cuentas en redes sociales durante tres días como protesta por los desvaríos de los que habían sido víctimas sus jugadores Cassio, Gil, Paulinho y Willian, quienes venían de jugar con la selección brasileña. “Es necesario que la sociedad reflexione sobre qué fútbol quiere para ella, para sus familias, para el presente y para el futuro”, afirmó el presidente, Duilio Monteiro.

Y en la primera mitad de esa misma temporada, pero en la Premier League, un estudio de Ofcom (la agencia reguladora de las comunicaciones en el Reino Unido) concluyó que un 68 por ciento de los futbolistas habían recibido algún tipo de ciberacoso.
Volviendo a los orígenes, al de un jugador del Espanyol, lamentablemente los de Daniela Caracas y Carlos Romero no son los primeros casos que relacionan al vestuario perico con las redes sociales. Pronto se cumplirá una década desde que, en octubre de 2015, el portero Pau López decidió cerrar su cuenta de Twitter por los insultos que estaba recibiendo tras una derrota contra el Sporting de Gijón. Porque los salvajes no entienden de equipos, solo de odio.
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