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CANTERA BLANQUIVIOLETA EN AS

El afortunado ‘debut’ de José Luis Rueda en el Promesas

El técnico sustituyó a Julio Baptista en el triunfo del filial del en Santander. Junto al brasileño, afronta su cuarta temporada en el Real Valladolid.

José Luis Rueda, segundo entrenador del Real Valladolid Promesas.
Real Valladolid

Hay días en los que el dicho de “a entrenador nuevo, victoria segura” se cumple incluso cuando no es del todo exacto. Así le pasó este domingo a José Luis Rueda, técnico asistente de Julio Baptista en el Real Valladolid Promesas, que se estrenó como sustituto del brasileño, sancionado con dos encuentros tras su expulsión ante el Laredo, con un triunfo sobre el Rayo Cantabria, filial del Real Racing Club.

Un gol de Iván Cédric y uno de Slavy, que salió desde el banquillo tras volver de la disputa de dos amistosos con Bulgaria, permitieron el dulce estreno como blanquivioleta, que no como primer entrenador, dado que antes de recalar en Los Anexos como ayudante de Baptista dirigió durante más de diez años en clubes como el Rayo Vallecano, el Fuenlabrada, el Leganés o un ‘aussie’ como el Melbourne City.

Australia o China son algunos de los países que forman parte de su bagaje cultural. Precisamente, en Oriente conoció a Baptista, hace más de medio lustro, como parte de un proyecto de LaLiga. Fue, podría decirse, un flechazo: empezaron a trabajar con una idea común a fin de, más pronto que tarde, dirigir juntos, una posibilidad que les dio su fichaje por el Real Valladolid en el verano de 2018 para dirigir al Juvenil B.

Después de cuatro victorias consecutivas, al quinto encuentro, llegó la primera derrota: un duro correctivo en el Felicísimo de la Fuente ante la UD Sur (5-1). Al descanso, mientras su equipo era derrotado por 4-1, Baptista y Rueda dialogaban sobre lo acontecido en el verde, en una imagen ya frecuente, la de la reflexión entre los dos, siempre cercanos, siempre macerando una idea de juego que empezó o a esbozarse varios años antes a muchos kilómetros de allí.

Cuando llegó la pandemia, aquel Juvenil B era tercero, a dos puntos del liderato. En sus filas, desde el primer día, jugadores como Aceves, Torres, Chuki o Arroyo, hoy en la esfera del primer equipo y a sus órdenes en el filial. La siguiente campaña se pondrían a sus órdenes, ya en División de Honor, otros como Fresneda, Diego Moreno o Slavy, los tres, debutantes con Pacheta en las dos últimas temporadas.

Aquel ‘Divi’ tenía un plantillón... que esgrimía un nivel altísimo de juego. La calidad técnica de sus jugadores favorecía esta cuestión, si bien el campeonato conseguido en la primera fase y el fútbol preciosista y los resultados mantenidos en la segunda, en la que solo el Real Madrid campeón pudo con ellos, tenía como base mucha información y una idea de juego llevada incluso al extremo, que terminaba siendo vertical, pero que nacía en una salida de balón arriesgada, que llegaba a juntar hasta a cuatro y cinco jugadores dentro del área.

El protagonismo concedido al cuero se mantuvo con su salto al Promesas, donde Baptista y Rueda se encontraron un nuevo contexto alejado de su mejor versión. La Primera RFEF les fue adversa, con momentos de tanta alegría como la victoria ante el Real Racing Club en Zorrilla y otros profundamente tristes como el descenso. Por el camino, seguramente errores, pero también método y horas de sacrificio y estudio.

Este siguió en verano, después del descenso, en el caso de un José Luis Rueda que no se detuvo mientras su futuro era una incógnita, más allá de la certeza de que seguiría vinculado a Julio Baptista. Pasó el verano lejos de su “hermano”, como los técnicos se consideran, como se llaman en sus redes sociales, viajando por distintas zonas de América, donde buscó conocer mejor otros modelos de juego.

La pizarra del debut

Volviendo al choque de este domingo pasado, que sirvió al Promesas para sumar un triunfo importante para intentar buscar de nuevo la regularidad, a Rueda le tocó lidiar con un difícil escenario, después de la expulsión de Arroyo, que llevó al filial a jugar en inferioridad todo el segundo tiempo. Rueda ajustó con un 1-3-4-2, con el que trató de proteger su área, al tiempo que proyectaba a los juveniles Koke y Garri como carrileros y, con doble punta, con sus internacionales, atacaba el área rival. El tanto postrero de Slavy permite decir que salió bien, pues la victoria que dicen segura llegó. Con ella, tres puntos fruto del esfuerzo realizado a la sombra, siempre un pasito a la derecha de Baptista, su ’hermano’.