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CELTA

La incógnita Solari

El Celta quiso prescindir del argentino en verano, pero Coudet frenó su salida. Tras el cambio de entrenador está por ver qué sucede en enero con el centrocampista.

Augusto Solari intenta interceptar un balón ante Sergio Busquets en el partido disputado entre el Barcelona y el Celta esta temporada.
Gorka LeizaDiarioAS

Carlos Carvalhal recibirá durante el parón por el Mundial a dos ‘fichajes’ procedentes de la enfermería. Hugo Mallo y Augusto Solari se lesionaron antes de que el técnico portugués tomara las riendas del Celta y, si todo va según lo previsto, el capitán será uno más en la vuelta a los entrenamientos de la próxima semana, mientras que el centrocampista debería incorporarse al grupo a mediados del mes de diciembre. Sin embargo, en el caso del argentino está por ver cuánto más vas a durar su etapa en Vigo.

El contrato del ex de Racing Club con la entidad céltica concluye el próximo 30 de junio, pero tras el despido de Eduardo Coudet lo que suceda con su compatriota en el mercado de invierno resulta enigmático. El club quiso prescindir de sus servicios durante el verano, una salida que frenó el Chacho. La situación resultó de lo más paradójica. Por un lado, el presidente Carlos Mouriño aseguraba públicamente que el futbolista no entraba en los planes del Celta y, por otro, el entrenador le concedía la titularidad en la primera jornada de Liga.

Solari, de 30 años, sufrió una rotura en la cápsula anterior del tobillo derecho a mediados de octubre, quince días antes del cese de su gran valedor. El plazo estimado de recuperación, entre seis y ocho semanas, le permitirá trabajar a las órdenes de Carvalhal antes de que se reinicie la competición y que se despeje la incógnita sobre su futuro.

Pese a la opinión de la dirección celeste, el rosarino cuenta con dos argumentos a su favor para convencer al técnico portugués de que puede ser un jugador aprovechable hasta el término de esta campaña. Uno es su experiencia y el otro sus condiciones para adaptarse al puesto de carrilero diestro en el esquema 3-5-2 empleado por el nuevo inquilino del banquillo olívico. Un par de características que lo diferencian del sueco Williot Swedberg, candidato claro a cambiar de aires en enero.