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NATIONS LEAGUE | ESPAÑA-SERBIA

Jovic y el Real Madrid: anatomía de un fracaso

El serbio que puede jugar ante España esta noche se estrelló como madridista. Vida disoluta, extrañas dolencias y una frialdad extrema...

El jugador del Real Madrid, Jovic, celebra el 1-4 a Osasuna.
Juan Manuel Serrano ArceGetty Images

En el Serbia-España Luka Jovic puede jugar. Un aparente ariete de élite que tampoco despega del todo en Italia y que pasa por ser una de las inversiones más ruinosas del Real Madrid de este siglo. Junto a los indudables aciertos (Vinicius, Rodrygo, Valverde...) y casi al mismo tiempo que ellos apareció por Valdebebas este voluminoso delantero a cambio de 60 millones de euros. Riesgo para construir un sucesor de Benzema, aunque estilísticamente fuera todo lo contrario. Y el resultado fue un retorno económico y deportivo casi nulo y un rosario de problemas que aún se recuerdan en Valdebebas. Apenas se relacionaba en el vestuario, su casi nulo feeling en el campo con sus compañeros y una de sus lesiones, una extraña fractura acaecida en su casa de Belgrado, terminaron por obligar al club a asumir la derrota.

“En el Benfica no tenía la cabeza bien...”

Jovic, en 2019, sobre su etapa en Portugal

Quizá el punto de partida fue ignorar los informes sobre la vida disoluta que había mostrado Jovic en sus inicios. Durante su primer año en el Benfica, se perdió. Tras unas pequeñas actuaciones y aunque había costado 7M€, lo mandaron al filial de las Águilas a ver si espabilaba. ¿Su respuesta? Fue cazado de fiesta la noche antes de un partido. Con el tiempo, admitiría su error: “No tenía la cabeza bien”. Un error de juventud o una red flag en toda regla. Otra fue el motivo por el que Rui Vitoria pidió su salida: una oscura lesión... en la piscina de su casa.

Su paso por la Bundesliga de la mano de Adi Hütter fue la redención que buscaba. La 2018-19 remataba lo que le echasen, por tierra, mar y aire, y lo remataba a gol. Sus 27 dianas y su poderosísimo físico (aunque de niño su familia pasó apuros económicos) hicieron el resto. Además del Madrid, el Barça negoció su compra y estuvo en las oraciones de un buen puñado de directores deportivos de clubes de primer nivel, pero los 60M€ desde Chamartín y la voluntad del serbio pesaron más. Jovic pasaba a ser madridista. Un bomber en Chamartín.

Jovic posa con Florentino Pérez mientras sostienen la camiseta del Real Madrid durante su presentación.
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Jovic posa con Florentino Pérez mientras sostienen la camiseta del Real Madrid durante su presentación. JUAN AGUADODIARIO AS
Temporadas de Luka JovicPartidosMinutosGolesEntrenador
2016-17 Benfica137652Cristovão y Rui Vitoria
2017-18 Eintracht271.1429Niko Kovac
2018-19 Eintracht483.30327Adi Hütter
2019-20 Real Madrid278082Zidane
2020-21 Real Madrid y Eintracht (cedido)231.0954Zidane y Adi Hütter
2021-22 Real Madrid195511Ancelotti
2022-23 Fiorentina502.38913Vincenzo Italiano
2023-24 Milan301.2429Stefano Pioli
2024-25 Milan3780Paulo Fonseca

En el vestuario, su ‘integrador’ iba a ser Modric, unidos por raíces balcánicas y el mismo idioma. Pero poco más. “Es de una frialdad extrema”, se llegó a decir en puestos de relevancia de la entidad. No gustaron tampoco sus movimientos fuera del terreno de juego. Aún menos acertados que los de dentro, donde no lograba conectar con sus compañeros, acostumbrados al fútbol asociativo de Benzema. Jovic era una especie radicalmente distinta. Casi contra natura.

Lo que fue minando al Madrid fueron sus escándalos. En pleno estado de alarma por la pandemia el Madrid pidió responsabilidad a sus futbolistas y Jovic se saltó todo a la torera. Colgó una foto de una barbacoa en su casa con un nutrido grupo de amigos y sin guardar distancia de seguridad, aún con una férula puesta por una lesión que sufría en ese momento. Sólo fue el comienzo. Se marchó sin avisar (y aunque estaba prohibido legalmente) a Belgrado y puso en un brete al propio gobierno serbio, cuya fiscalía abrió una causa contra el delantero. El madridista también se enzarzó en una polémica con una leyenda de su país, Dejan Stankovic. Una espiral que amenazó con sacarle de la selección serbia.

Una fractura... ¿por saltar desde alturas?

Para ‘redondear’ toda esta ensalada de entuertos, al volver a Madrid lo hizo con una fractura en el calcáneo, algo que los expertos consultados por AS explicaron que sólo es posible si se salta desde un lugar muy elevado. El último episodio, en julio de aquel 2020, fue recibir en su casa la visita de un amigo, que apareció con Covid-19. Por suerte, el equipo blanco estaba entre dos días de descanso y el resto no corrió riesgos. Tampoco la Liga que el Madrid tenía encarrilada. Se respiró, pero Jovic quedó señalado por su indisciplina.

A Zidane no le encajó su juego, tampoco. Apenas un par de destellos de gran futbolista, aquella asistencia a Casemiro de tacón contra el Valencia en la Supercopa de España de 2020, o la preasistencia también con el taco a Bale ante el Villarreal, el septiembre anterior. ¿Goles? Poquitos. Sólo tres. En 1.567 minutos. Escuálida estadística.

No hubo más. Ya con Ancelotti, estalló tras un partido contra el Elche. Ese día, sin Benzema, Carletto optó por Mariano porque el propio Jovic andaba con pequeñas molestias. Pero no jugar le generó un calentón importante. Tras aquello, llamó a sus agentes para que le buscaran destino. El Madrid no se lo pensó tampoco. Con Benzema dirigiéndose a su Balón de Oro con goles a tutiplén, el club decidió unánimemente que no estaba mal cortar amarras.

Luka Jovic
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Luka JovicJennifer LorenziniREUTERS

El problema es que no hubo manera de conseguir un traspaso por el balcánico. Fue la Fiorentina el club que le abrió la puerta pero a precio cero (sólo pagaría el 50% de un futuro traspaso a un tercer equipo) y también le estalló en las manos. Aunque comenzó alabando a su nuevo técnico, Vincenzo Italiano, con recuerdo a los anteriores (“Necesitaba un entrenador que me empujara a trabajar tan duro”), aunque para enero ya había hartado al jefe. “Italiano está enfadado con Jovic”, publicó La Gazzeta. Nuevo lío. Agravado cuando al tanque serbio no se le ocurrió otra cosa que repostear en sus redes sociales un mensaje muy crítico contra su entrenador, después de la ida de semifinales de la Conference League contra el Basilea.

En San Siro, de todo un poco

La Fiorentina, otro equipo quemado con Jovic, pero para sorpresa de muchos analistas italianos, recibió la llamada del Milan. Allá se fue gratis (el Madrid no ingresó, por tanto, un euro) y tampoco está despertando pasiones. Un primer año con Pioli aceptable (nueve dianas), pero de nuevo poca chicha en el global. Esta campaña un problema físico le ha limitado a sólo 78 minutos y para Fonseca es el tercer nueve por detrás de Morata y Okafor. De nuevo, a las tinieblas del banquillo.

Vaivenes de toda clase para un delantero de apenas 26 años que sigue dando tumbos. De los 60 millones, el Madrid apenas pudo recuperar uno, el que pagó el Eintracht por la breve cesión de vuelta en enero de 2021. Un descalabro.

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