El despegue del Almería y el tirón de orejas de Rubi a Lopy
El Almería despega pese a que solo ha podido arrancar cuatro partidos con ventaja en el marcador. Habrá tirón de orejas a Lopy porque a Rubi no le gustó su actitud tras anotar el 1-1. Vio la quinta amarilla.
El Almería mantiene su crecimiento. Desde su derrota en el Tartiere con el Oviedo acumula cuatro jornadas invicto (hay entre medias una aplazada contra el Córdoba). Con todo y con eso Rubi no lanza las campanas al vuelo y hasta muestra su disgusto por la actitud de Lopy tras anotar el 1-1. “No me gusta el gesto que hizo. Si ha mandado a callar al público, lo hablaré con él y daré una reprimenda porque no tenemos que entrar en esas cosas. Nosotros sancionamos las amarillas absurdas y lo haremos con él”. Por ese motivo vio la quinta amarilla y no podrá jugar contra el Deportivo.
En el Martínez Valero volvió a ocurrir. La UD Almería veía perforada su portería en los compases iniciales de juego y el partido se le ponía contracorriente. En condiciones normales ese escenario es dificultoso, inquietante, peligroso e incómodo… pero no para el Almería. Los rojiblancos han aprendido a capear el temporal y, ante los de Eder Sarabia, consiguieron aguantar algunas acometidas que podían haber llevado una ventaja mayor al marcador. Aunque, tampoco hubiera sido especialmente problemático.
Desde que arrancó la temporada a mediados de agosto en el Sardinero de Santander, el conjunto rojiblanco solo ha podido navegar con el aire de popa en cuatro partidos. En Tenerife se adelantó en el marcador y se las apañó para vivir de las rentas frente a un rival que, aun en inferioridad numérica, le hizo cosquillas hasta el último minuto. A la semana siguiente, frente al Sporting también se encontró un partido decantado a favor, hasta que al final le hicieron el empate definitivo. Luego hubo que esperar varias semanas, concretamente cinco, para que la plantilla dirigida por Rubi liderara un partido de principio a fin. Fue ante el Burgos. Mientras que el cuarto y último encuentro con ese guion se produjo en la Romareda donde el Almería terminó imponiéndose por 1-2 con doblete de Luis Javier Suárez.
Todo lo demás ha sido una empinada rampa semanal. En total han sido seis partidos los que se han conseguido remontar, aunque no todos han acabado de la misma manera. La jornada inaugural ya marcaba el rumbo. En Santander, el 2-0 inicial se volvió un empate a dos, después de que el equipo volara en la reanudación para llevar el reparto de puntos al casillero final. Semanas más tarde, en casa ante el Éibar, se calcó la historia. Los armeros se adelantan doblemente y, tras un arreón de veinte minutos, el Almería termina igualando.
Contra Levante y Oviedo sucedió lo mismo, con la salvedad de que ‘granotas’ y ‘carbayones’ si fueron más contundes en ataque para evitar que los ‘indálicos’ mantuvieran su rutina. Pero la SD Huesca también sucumbió. Misma historia, mismo resultado. Doble ventaja local y reparto de puntos al final. El elemento común de todos estos partidos ligueros es que, nunca, el Almería había sido capaz de llevar la victoria a su lado, a pesar de las igualadas. Hasta llegar a Elche.
Los franjiverdes tardaron tres minutos en ponerse en ventaja, pero eso, como ya se ha visto, no garantiza nada frente a un equipo que había logrado igualar todas las ventajas de sus rivales. Avisó Baptistao, igualó Lopy, y remató
Ya lo dijo Rubi en la rueda de prensa previa a la visita a Elche, “los rivales saben que con el Almería los partidos son muy largos, y no se pueden dar por satisfechos aún con ventajas de cierta claridad”. No le faltaba razón. Mientras que la estructura defensiva del equipo no termine de consolidarse, el poderío rematador del equipo está haciendo buena la parábola bíblica de Lázaro. Almería, ¡remonta y gana!
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