El Atleti sigue anclado en el verano de 2019
El club rojiblanco llevó su cambio de ciclo hace más de tres años. Los que salieron (Godín, Juanfran, Filipe, Griezmann, Lucas, Rodrigo...) continúan en el recuerdo.
En los momentos difíciles, siempre sobrevuela la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor. La era Simeone se ha sustentado bajo una defensa fuerte, la palabra equipo en mayúsculas y una identidad enorme entre plantilla y afición. En el derbi, el Atlético regresó a la defensa de cuatro, fue reconocible, apretó arriba y comenzó con sabor a las grandes noches. Pero, la fragilidad atrás penaliza. En dos llegadas el Madrid se desequilibró el partido y los rojiblancos fueron incapaces de desarbolar el entramado defensivo blanco hasta el gol de Hermoso en los últimos instantes para devolver la emoción al duelo.
Fue el propio Simeone el que vio reflejado en ese cerrojo visitante su gran obra rojiblanca: el Atlético 2013-14. “Ver a un equipo que se sitúa bajo y contragolpea me hace recordar al nuestro con Diego Costa y nos decían que jugábamos defensivamente. Pero, cuando hay contundencia, el fútbol es maravilloso”. Tras ese magnífico curso, cerrado con el título de Liga con 90 puntos en su casillero y la derrota en la final de la Champions contra el propio Real Madrid en una final sin Diego Costa (sustituido a los ocho minutos) ni Arda Turan y donde el triunfo se escapó en el descuento, el Atlético realizó su primer cambio de ciclo. La salida de Costa, Courtois, Villa, Filipe Luis, Adrián y el amago de Tiago, repuesta con los Griezmann, Mandzukic, Oblak, Moyá, Siqueira, Correa (que no pudo jugar en su primer año) y a la larga el propio regreso de Filipe primero y Costa después, sirvió para volver a competir por cotas altas entre los grandes equipos de la Champions.
Sin embargo, el gran salto sin red se produjo en el verano de 2019. Tocó decir adiós a la vieja guardia en defensa, algo obligado por veteranía, pero traumático tras ocho temporadas como un muro infranqueable bajo el mando de Simeone. Punto y final a unos excelsos Godín, Filipe (interrumpido solo por ese año fuera en el Chelsea) y Juanfran, tres jugadores que copan la historia del club en partidos disputados, títulos y nivel. Además, la gran estrella Antoine Griezmann se marchaba tras cinco cursos consecutivos superando los 20 goles y el Atlético perdía por el importe de la cláusula a dos jugadores llamados a ser el futuro del club: Rodrigo y Lucas Hernández. Ambos con pasado en la cantera, en el caso del primero recuperado un año antes desde el Villarreal y el segundo completamente asentado y campeón del Mundial de 2018 como titular con Francia, estaban llamados a dominar el centro del campo y la defensa. Rodrigo y Lucas, los dos con 23 años, dejaban 150 millones al contado que se sumaban a los 120 de Griezmann, pero también la sensación de pérdida de un enorme talento de futuro, de identidad y de proyecto.
Ese curso 2018-19 se había comenzado con grandes esperanzas, levantando la Supercopa de Europa, pero la eliminación en Champions contra la Juventus tras el 2-0 de la ida resultó del todo traumático para la plantilla. Y fue el momento de iniciar un nuevo proyecto. De forma ventajista, pasado el tiempo y pese al título de Liga 2020-21, podría decirse que el Atlético sigue buscando lo que perdió aquel verano. Se resquebrajó una línea defensiva impresionante, con una nómina de cuatro centrales con una suprema competencia interna: Godín, Giménez, Savic y Lucas, todos ellos en el top mundial. En los laterales, Juanfran y Filipe dejaban un socavón prácticamente imposible de cubrir, contando además con la polivalencia de Lucas, sin Rodrigo se iba el pivote con más futuro y, perdiendo a Griezmann, era el momento de buscar una nueva referencia en la plantilla y alguien que cubriese sus goles.
Felipe y Hermoso fueron los refuerzos en el centro de la zaga. El brasileño ha ido de más a menos, tras un primer año fantástico. El madrileño fue clave en el título liguero en su segundo curso, aunque desde entonces ha perdido protagonismo. Pero, la sombra de Godín y Lucas era demasiado alargada y las lesiones de Giménez y Savic han lastrado mucho un puesto que ha acabado resolviéndose con la reubicación de fichajes posteriores como Reinildo y Witsel. Trippier sí llegó con consistencia para la banda derecha, mejoró en defensa y se adaptó como un guante al carril en defensa de cinco, paliando la pérdida de Juanfran. Pero, entre la sanción de diez partidos, problemas físicos y su marcha en enero de 2022, ese puesto vuelve a ser un problema en el club que se espera que el crecimiento de Nahuel Molina pueda acabar resolviendo.
Y, para la izquierda, Filipe Luis ha quedado como uno de los mejores, si no el mejor, lateral izquierdo de la historia del club. Misión casi imposible para un Lodi que ha ido alternando buenos momentos y baches de juego más pronunciados hasta un cambio de sistema que acabó asentando a Carrasco como carrilero. Para suplir a Rodrigo, el Atlético pensó en Marcos Llorente tras su buen hacer como pivote en la cesión en el Alavés. Sin embargo, Simeone descubrió un gran llegador y un portento físico para la banda, pero no un recambio para el cierre en el medio. Rodri se había instaurado como la salida de balón jugada desde atrás, algo que ha perfeccionado en el City. Herrera sí se situó en ese puesto, pero con poca continuidad. Y Thomas, otro canterano, salió un año después cuando se había hecho con los mandos del medio.
Por último, João Félix fue la gran apuesta en el ataque. El fichaje más caro en la historia del club y un jugador jovencísimo con mucho por hacer tras su fantástico año en el Benfica. Sin embargo, suplir a aquel Griezmann en el Atlético es muy complicado. Ni el propio francés lo ha logrado en su vuelta. En sus tres primeras temporadas completas en el club acumuladas, João Félix suma 29 goles y 13 asistencias. Esas mismas estadísticas las consiguió Griezmann en un solo curso (2017-18). Y en la 2015-16 hizo 32 tantos. La figura de Luis Suárez logró paliar esa figura del goleador y fue la pieza angular para el título de Liga, pero con su marcha hay que volver a encontrarla. Por lo tanto, este Atlético sigue arrastrando problemas en su plantilla desde aquel verano de 2019. El adiós de su perla en la defensa, el pivote llamado a marcar el ritmo del equipo y la estrella y goleador, además de los veteranos en la retaguardia, son tareas pendientes para Simeone en el presente. Jugadores que también se identificaban por completo con su grada. Unos problemas que hacen tener morriña de aquel pasado que siempre parece mejor.