Denuncia por el ataque que sufrió el autobús camino del Carlos Tartiere
El lanzamiento de una piedra provocó la rotura de una luna del vehículo, en “un incidente que no representa a la afición del Oviedo”, dice Nacho Méndez.
El Sporting ha presentado en dependencias policiales una denuncia por el ataque sufrido por el autobús del equipo cuando se dirigía el pasado sábado al Carlos Tartiere para disputar el derbi asturiano. Como consecuencia de ello, el lanzamiento de una piedra provocó la rotura de una de las lunas laterales del vehículo.
Juan Otero y Gio Zarfino eran los futbolistas que ocupaban los asientos más próximos al impacto de la piedra y que se levantaron inmediatamente con el estruendo. “El susto fue muy grande”, declaró el entrenador Miguel Ángel Ramírez tras el partido cuando explicó lo sucedido. “Yo estaba prácticamente al lado escuchando música y aun así lo escuché”, recordaba Pablo Insua.
Después de que el club presentase la denuncia, Nacho Méndez indicaba en la sala de prensa de Mareo que éste ha sido “un incidente que tiene que quedar ahí y que no representa a la afición del Oviedo ni a ninguna”.
Y añadió: “El fútbol no puede servir de refugio a gente con serios problemas de adaptación social. Debemos condenarlo todo y alejarlo porque no representa a ninguna de las dos aficiones. Espero que el recibimiento en Gijón esté a la altura de nuestra gente”.
La policía investiga lo sucedido, al parecer, en las inmediaciones de Oviedo porque el autobús estaba entrando en la ciudad en ese momento, a la altura del complejo deportivo de La Pixarra. Dentro del vehículo viajaban más de medio centenar de personas, entre futbolistas, cuerpo técnico y acompañantes, entre ellos el inspector Claudio Alperi, responsable de seguridad en El Molinón en contacto permanente con los furgones policiales que escoltaban al equipo y que ahora intentan identificar a los autores de la agresión.
“Hay animales que tienen mejor comportamiento que algunos humanos”, manifestó también Insua que, como Otero y Zarfino, se levantó inmediatamente por el susto que provocó el estallido de la luna y por la caída de cristales.