“Voy a ser el de siempre”
Courtois habla en exclusiva con AS antes de la final de Wembley, a la que llega después de una reaparición estelar: cuatro partidos, cero goles encajados, 17 paradas...
Hablar antes de una final de Champions se está convirtiendo en rutina para Courtois (Bree, Bélgica, 32 años). La víspera de Saint-Denis encendió las antorchas con aquello de estar “en el lado bueno de la historia” y, ahora, a orillas de Wembley, lanza el guante: “Soy el de siempre, no he cambiado nada. Me siento al 100% y listo para que el míster decida a quién poner en Wembley”. Hace 293 días sufría la peor lesión posible para un futbolista: rotura del cruzado de la rodilla izquierda, con afectación al menisco. Fueron meses de infierno y, el 19 de marzo, cuando ya asomaba la cabeza, se rompió el menisco de la otra rodilla, la derecha. Todos le dijeron que no jugaría esta temporada. Pero él trabajó, sudó y ahora apunta al once de Wembley. El milagro particular del ‘hombre milagros’. Ahora, charla con AS.
10 de agosto, Valdebebas. Usted sufre esa rotura de cruzado izquierdo y meses después, el menisco derecho. Cualquiera se hubiera rendido y dado por terminada la temporada...
Cuando pasó en agosto, el primer día fue muy duro, mucho. Porque el médico me dijo que la temporada estaba prácticamente terminada. Tuve la mala suerte de que me tuvieron que coser el menisco, algo que hace que no puedas doblar la rodilla más de 90 grados... y ya sabes que los meniscos llevan tres o cuatro meses más. Pero yo siempre he sido muy positivo, jamás perdí la ilusión o la fe en jugar un partido esta temporada. En teoría tenía para entre ocho y diez meses de recuperación, no siendo hasta el octavo cuando los médicos empiezan a aceptar que juegues, porque antes consideran que todavía hay cierto riesgo...
Y cuando asomaba la cabeza, la segunda lesión...
Llegó marzo y ya me sentía bastante bien. Estaba entrenando a tope cuando... ¡Zas! La rodilla derecha, el menisco que ya me había roto en el Chelsea; allí lo cosieron también. Recuerdo que el doctor Leyes me dijo que los hilos (de la sutura), a partir de los ocho años pueden soltarse, que es algo normal... En el momento lo pasé muy mal, pero esa misma noche le dije al doctor que mejor que hubiese sucedido en ese momento que tres o seis meses más tarde. Mucha gente pensaba que mi temporada había terminado, pero yo tenía esperanza en jugar. Ese día contra el Cádiz fue una victoria en lo personal. Desde entonces he seguido entrenando duro para demostrar que soy el de siempre, que no ha cambiado nada. Me siento al 100% y listo para que el míster decida a quién poner en Wembley.
“Contra el Cádiz me sentí como si nunca me hubiera ido”
Esa parada a Chris Ramos, dos en Granada, una al Alavés parecida a la de Saint-Denis, cuatro porterías a cero... ¿Entiende que la gente no comprenda cómo ha podido regresar tan bien?
Yo me conozco bien, sé que puedo hacer muchísimo y, por eso, nunca perdí esa fe mental en que voy a ser el de siempre, o incluso mejor. He ganado masa muscular en el tren superior y, además, muscular en las piernas para proteger las rodillas. Eso hace que tenga más potencia. Aproveché el tiempo para ponerme más fuerte aquí (se señala el tronco). Estaba la incógnita de ese partido contra el Cádiz pero, una vez que juegas el primero, llegó el segundo y me sentí como siempre, como si nunca me hubiera ido. Me gusta poder transmitir esa seguridad y tranquilidad al míster y los compañeros.
Zidane decía que sentía que alguien cuidaba de él desde las alturas. Una temporada que empieza así... ¡Parece que el destino quiere un final feliz en Londres!
¡Y ojalá! Sobre todo para el club y los compañeros que han luchado toda la temporada. Yo sé cómo han peleado por esto, porque estaba detrás ayudando donde podía. El gran trabajo ha sido de ellos por llegar hasta la final. El Dortmund también lo pensará, claro, pero mis compañeros se merecen ganar esta Champions. Yo no soy tan supersticioso, pero sí tengo una abuela que es muy creyente y ella siempre intenta cuidar de sus nietos... Así que bueno, pensaremos que sí, que también hay algo que nos que cuida y nos guía en la vida...
Mané y Salah aún se preguntarán cómo pudo sacar aquellos balones en Saint-Denis. ¿Cómo se somatiza la presión de jugar una final?
Jugué mi primer partido profesional con sólo 16 años, con todo en contra... y aun así hice una buena actuación. Estando en el Genk, la noche para ganar la Liga, también hice varias paradas. Es sangre fría, lo que en holandés llaman el conejo de hielo, que con esa presión no te vengas abajo, sino al revés, te crezcas. También los entrenadores que he tenido, como Simeone o Mourinho, alimentan esa fe, que te hagas grande en las finales. Me gusta esa presión, ese nerviosismo. Esa adrenalina me hace jugar mejor.
Dice Carvajal que el Madrid “imprime miedo en los rivales” cuando está la Champions de por medio. ¿Qué opina?
Sí, seguro. Cuando estando en el Atlético, aquel 2013, ganamos la Copa del Rey, cambió un poco ese terror, porque es cierto que el Madrid impone. Es que desde fuera lo notas... pero cuando estás dentro, también. Las remontadas de los últimos años en el Bernabéu son de las noches más increíbles que he vivido en el mundo del fútbol. Y eso, automáticamente, cada vez se lleva a más y más... Es algo que no se puede explicar. Yo no podría hacerlo; pero bueno, veremos en Wembley. Pero no podemos pensar que ya vamos a levantar el título. Hay que respetar mucho al Dortmund porque es un gran rival, lo enseñó contra el Atleti: pueden meter goles y también defender. Algo que se vio contra el PSG, cuando hicieron dos partidos muy defensivos, pero muy buenos, sin encajar. No va a ser fácil.
“El Madrid impone; desde fuera lo notas, pero cuando estás dentro también”
En la previa de la Decimocuarta, hace dos años, dejó una ya famosísima frase: “El lado bueno de la historia”. Lo corrobora el hecho de que el Madrid encara su sexta final de Champions en los últimos diez años. ¿Cómo se explica esa hegemonía sin ser un club-Estado?
Es una gran gestión del presidente, su círculo y los jugadores que, como se ve, somos todos muy madridistas. Esa unión que hay con la afición es impresionante. Luchamos para ganar, es la grandeza de este club. Igual que dije aquella frase en París, para mí el Madrid es eso, casi siempre está en estas citas y, además, casi siempre ganando. Con el máximo respeto al Dortmund, pero esperamos aumentar esa historia. En el fútbol no funciona eso de ser favorito, para mí la final está al 50%.
¿Cómo maneja que Lunin, héroe esta Champions, pueda ser el suplente en Londres?
Siempre nos hemos ayudado, también con Kepa y Fran González. Cuando yo no podía jugar, intenté ayudarlos en lo que pude, al igual que ellos conmigo durante la lesión. Todos esos meses de rehabilitación. Ahora estamos todos al 100% y el míster decidirá a quién pone. Para un portero es diferente, claro, porque en un once siempre se puede entrar a ayudar desde el banquillo...
De ganar, el Madrid podría afrontar hasta siete títulos la temporada siguiente: Liga, Champions, Copa, Supercopa de Europa, Supercopa de España, Mundial de Clubes e Intercontinental...
Para nosotros siempre es importante al empezar la temporada querer sumar el mayor número posible de títulos. Tener ese hambre. Serán bastantes partidos más. Dos de Champions, se ha añadido otro torneo (la Intercontinental), el Mundial de Clubes nuevo en junio... No sé cuándo vamos a descansar pero, a la vez, es un desafío. Este grupo tiene el hambre de ganar títulos, aunque algunos ya hayan ganado muchísimos (ríe). Esto es único y es lo que necesitas para seguir en la élite y continuar siendo competitivos. Es lo que se merece este escudo.
Más de un madridista está pensando ahora que cómo no va a ver a Courtois en la Eurocopa...
No toca hablar ahora de eso, pero por supuesto apoyaré a muerte a mi país y los compañeros de aquí, deseando que hagan una gran Eurocopa.