El José Zorrilla, el estadio de la esperanza blanquivioleta
El Real Valladolid necesita ganar en el partido de esta tarde al Huesca para poder activar las posibilidades de convertirse esta noche en equipo de Primera, pero no depende de sí mismo.
La esperanza es lo último que se pierde y en Valladolid toda la semana ha aumentado la sensación de que esta noche puede pasar algo muy grande, puede consumarse un "sorpasso" histórico, que llega el momento del milagro. El famoso clavo ardiendo. Porque los vallisoletanos, que apenas han pisado los dos primeros puestos en un par de ocasiones en toda la temporada, buscarán la victoria para cumplir la primera premisa para subir directos. Después deberá perder el Eibar o el Almería. También vale que empate el Eibar. Pero lo primero que debe hacer el Pucela es ganar hoy al Huesca, un equipo que viene con la mente puesta en las vacaciones, con muchas bajas, pero con la idea de pelear por quedar entre los diez primeros (sigue el partido en directo en As.com).
En el duelo de esta noche se enfrentarán el equipo más goleador, el Real Valladolid (68 tantos), con el conjunto que más porterías a cero ha dejado, el Huesca (17), en un encuentro que los pucelanos afrontan con el reto de sumar, por segunda vez en la temporada, cuatro victorias ligueras consecutivas, lo que le serviría para ascender directamente o, en el peor de los casos, llegar con la flechita para arriba a la tan temida promoción. Y lo hará con un estadio Zorrilla a reventar, con una afición que empujará a su equipo en busca del milagro.
Con todos estos condicionantes, el Real Valladolid afronta el partido, esta vez sí, como una final. No hay más partidos de liga regular. Ganar es una obligación. Pacheta cuenta con toda la plantilla menos Óscar Plano para este partido, una vez que Luis Pérez se ha recuperado de sus molestias que le han tenido entre algodones toda la semana. También podrán jugar tanto El Yamiq, como Weissman. Los dos fueron llamados por sus respectivas selecciones para jugar amistosos, pero, de momento, siguen en Valladolid, por lo que serán de la partida en un once que se repetirá con respecto al equipo que venció en Ibiza, con el goleador Weissman, 19 tantos, en la punta del ataque.
Por su parte, el Huesca despide una temporada para olvidar. El peor de los tres recién descendidos que en ningún momento estuvo en la pelea por rebotar y se vio, en algunos momentos, en peligro de meterse en zona peligrosa. Xisco afronta su último partido en el banquillo del Huesca con muchas bajas, la intención de competir y buscar terminar entre los diez primeros. No viajaron ocho jugadores entre ellos Seoane y Mikel Rico, mientras que los problemas se acumulan en el lateral derecho donde tendrá que jugar, excepcionalmente, Ferreiro. En ataque, la dupla Escriche-Gaich tratará de brillar y poner en problemas a la fornida defensa pucelana. Hay que recordar que el argentino sólo ha marcado un gol y se lo hizo al Pucela y de tacón en el partido de la primera vuelta.
Noche de nervios, de transistores, de esperanza y ¿de milagros?