Al Sporting le hacen los deberes de la salvación

LaLiga SmartBank tendrá un año más a un histórico del fútbol español como el Sporting tras un empate en el Torres que dejó a ambos señalados. Los de Abelardo porque, jugándose todo, vivieron en función de lo que sucedía en otros campos y los de Sandoval porque, ya descendidos, fueron cuando mejor imagen dieron.

Los que más sintieron todo lo que se jugaba el Sporting en ese partido fueron los más de 1.000 sportinguistas que acompañaron a su equipo. La Mareona se presentó en el Torres para teñir un estadio que hubiese quedado demasiado vacío sin su rojiblanco.

En cuanto al fútbol, los locales entenderon mucho mejor como dar una alegría a su afición o, mejor dicho, ya sin presión al estar descendidos se soltaron las melenas y jugaron, que ya tocaba. Dos azulones llevaron el peso del equipo y, casualidades de la vida, son los dos jugadores por los que el Fuenlabrada debería apostar fuerte en Primera RFEF: Pol Valentín y David Amigo. El lateral, que acaba contrato en junio, sacó sus pulmones de acero a pasear y ganó en todo momento línea de fondo sirviendo, en una de estas jugadas, un buen pase a Pedro León que se marchó por poco. El canterano, por su parte, va a ser la principal alegría de la parroquia kirika en los próximos años. Con desparpajo y calidad, el mediapunta genero peligro en todos sus acercamientos.

Del Sporting se podía esperar mucho más viendo todo lo que se jugaban, pero tuvo la fortuna de que pronto los resultados en Huesca y Cartagena beneficiaban a sus intereses. Pronto, Real Sociedad B y Amorebieta perdían con contundencia por lo que el despertar asturiano tardó en llegar. Sucede que los de Abelardo tienen dinamita arriba y con un Fuenlabrada tan kamikaze como 'disfrutón', encontraron los huecos suficientes para que Puma Rodríguez o Aitor hiciera de las suyas.

El colegiado decretó el paso por vestuarios después de que Adrián González rozase el tanto con dos testarazos de nivel en jugadas de estrategia ante la mirada impasible de la defensa asturiana.

El segundo acto comenzó con un Sporting atento a los resultados de otros campos. Sin embargo, Abelardo, curtido en mil batallas, no quería ni relajaciones ni que la fiesta que se vivía en la grada visitante se extendiese entre sus jugadores. Por ello, pidió brío y valentía y los suyos les dieron brío y valentía.

Unos hiperactivos Puma y Aitor, más el elenco de canteranos sportinguistas que fueron entrando poco a poco dieron más mordiente a los suyos. Mordiente sin acierto ya que el Sporting si algo adolece, además de fragilidad defensiva, es de puntería. Pocos tiros entre los tres palos y cuando lo hacían, siempre muy centrados.

Minuto a minuto, la permanencia sportinguista se iba confirmado. Los goles de Rubén Castro, aliado de los visitantes en este día clave, sumían al Amorebieta en Primera RFEF y en Huesca, la Real Sociedad B no podía dar la vuelta al marcador. Todo de cara para los de Gijón tras una temporada esperpéntica. Y el Fuenlabrada, por su parte, saboreando sus últimos minutos como local en el fútbol profesional hasta que retorne, que seguro lo hará. Los de Sandoval trenzaron jugadas, tiraron regates, se dieron el gusto de introducir a más canteranos y, sobre todo, disfrutaron. Un disfrute algo culpable tras una temporada mala, pero disfrute de esos que ilusionan.

Y ya en el tiempo de descuento, el Torres celebró un gol. Un gol en El Alcoraz, en un estadio a más de 300 kilómetros de distancia. Juan Carlos daba la victoria a los oscenses en el último minuto, descendía al filial txuri-urdin y salvaba al Sporting.

El trámite del Torres acabó de la mejor manera para un Sporting que vivirá otro año más en Segunda anhelando un ascenso a Primera. El Fuenlabrada, por su parte, cuenta los días para que esta temporada y sus penurias acaben.