Los refuerzos aprietan en la Real

Los refuerzos de la Real Sociedad por fin refuerzan a la Real Sociedad. Les ha costado, pero al final los fichajes que ha hecho esta temporada la Dirección deportiva del club donostiarra están ofreciendo el rendimiento deseado. Nunca es tarde si la dicha es buena, se suele decir, ¿verdad? Pues eso es lo que está pasando con Diego Rico, Alexander Sorloth y Rafael Alcántara ‘Rafinha’. Los dos primeros llegaron el pasado verano, y el tercero reforzó al cuadro de Imanol Alguacil en enero, en el mercado de invierno. Pero todos tienen algo en común, que su rendimiento empezó muy tímido en la Real, y poco a poco ha ido creciendo, hasta el punto de que llegan al tramo decisivo de la temporada instalados en el once inicial del equipo realista.

Diego Rico llegó el pasado verano fichado del Bournemouth. Era un viejo deseo de la secretaria técnica de la Real para fortalecer el lateral izquierdo. En un principio llegó para que Monreal tuviera más competencia, dando salida a Aihen Muñoz. Todo salió al revés de lo planeado. El lateral burgalés aterrizó en Donostia con Monreal lesionado y Aihen jugando a un nivel soberbio. Y al poco de llegar también se lesionó. Para cuando se recuperó, Aihen era indiscutible en su puesto, y los partidos que jugaba daba la sensación de que estaba fuera de forma. Le costó mucho adaptarse a lo que le pedía Imanol, pero en 2022 ha reaccionado y desde que volvió de su última lesión, es otro Diego Rico, pletórico físicamente, con confianza para sumarse al ataque y mucho mejor posicionado en defensa. Su fichaje estaba generando muchas dudas, pero ahora nadie duda de que el puesto del lateral zurdo está más que bien cubierto con él.

El caso de Alexander Sorloth es diferente. Llegó como un recurso de urgencia para suplir la baja de larga duración de Carlos Fernández, lesionado de gravedad en la pretemporada del pasado verano. Cedido del Leipzig, si gana venía precedida por su condición de Internacional con Noruega y su notable año en el fútbol turco. Pero le ha costado mucho destacar, hasta el punto de que hubo quien se planteó si continuidad en enero. Ha marcado sólo seis goles hasta el momento en 26 partidos jugados, 13 de ellos como titular, números que no son nada relevantes, aunque lo cierto es que al propio equipo realista le está costando mucho ver puerta esta temporada. Lo cierto es que hasta marzo su papel ha sido más bien discreto, siempre a la sombra de Isak y Oyarzabal, con alguna actuación brillante puntual, como su partido en el Metropolitano o el encuentro europeo contra el PSV en el Reale Arena. Pero con la triste lesión de Oyarzabal, el noruego ha dado un paso al frente. Imanol le ha dado la titularidad y ha respondido como no lo había hecho hasta ahora en toda la temporada. Acumula tres titularidades seguidas, con partidos notables, contra Sevilla, Espanyol y Elche, marcando gol en el último encuentro. Especialmente, en las últimas salidas ha tenido una relevancia importante en el juego de ataque de la Real, mostrando argumentos que le presentan como un delantero más que interesante. Ha llegado un poco tarde su reacción, pero ha sido fulgurante.

Y con Rafinha es diferente. Llegó a Donostia a finales de diciembre, pero hasta enero no podía jugar. Venía de entrenar mucho en el Paris Saint Germain, pero jugar nada, apenas cinco partidos con Mauricio Pochetino. Le costó coger ritmo de competición, y por esa razón Imanol no lo ponía como titular y le sacaba en la segunda parte. Pero poco a poco se ha ido poniendo en forma, y ahora es titular habitual en el esquema del técnico oriotarra, tanto que va ganando peso en el juego ofensivo del conjunto realista. En las dos últimas victorias, compartiendo medular como titular con David Silva, se ha visto su mejor versión, teniendo cada vez más influencia en el fútbol de la Real. El brasileño va acreditando el nivel que en la Real sabían que realmente tiene. Rafinha va a más y ya está totalmente adaptado a la Real. Le ha costado un poco menos que a los demás. Incluso, se puede decir que Mathew Ryan también ha respondido a las expectativas con las que se le fichó. El australiano, no obstante, no ha jugado mucho, pero cuando lo ha hecho ha respondido con buenas actuaciones, pero se ha encontrado con un Remiro que atraviesa por un buen momento de forma y que acumula 20 porterías a cero en los 35 partidos que ha jugado esta temporada. Han tardado en aparecer, pero los fichajes están respondiendo, y ya no son el fiasco que durante una parte del año se temía que pudieran ser.