La cuna del fútbol vuelve a latir en el corazón de Londres
El Freemasons Arms, la taberna donde se fundó la FA y se redactó el primer reglamento, reabrió tras varios meses cerrado por la pandemia.
En el corazón de Londres, a apenas cinco minutos a pie del mercado de Covent Garden y a menos de un cuarto de hora de Picadilly Circus, se encuentra uno de los lugares donde germinó el fútbol. El Freemasons Arms es un pub que pasa desapercibido para el viandante, pero que guarda un pedazo de historia. El deporte global que es ahora no puede entenderse sin las conversaciones que ese local londinense albergó en el otoño de 1863.
El fútbol era hasta entonces una disciplina incipiente, pero que carecía de normas comunes. El Freemasons Tavern (así se llamaba entonces) fue el lugar elegido por doce clubes de Londres y sus alrededores para mantener una ronda de encuentros con la misión de redactar un reglamento universal. En la primera reunión, el 26 de octubre, se fundó la FA. El 8 de diciembre, en la sexta, se aprobó el primer reglamento.
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En la votación, resuelta por once votos a uno, triunfó la corriente que defendía que el fútbol fuera un deporte jugado exclusivamente con los pies (y la cabeza), frente a la que abogaba por legalizar las manos y acciones como patadas, zancadillas y otros golpes al adversario (fue una escisión del primer rugby). Once días después se disputó el primer partido con aquel reglamento primigenio, al que con el paso de los años se le introdujo la figura del portero, el penalti, los cambios, las tarjetas... o el más moderno VAR.
Más de un siglo y medio después, el Freemasons es un pub que trata de revivir tras las restricciones de la pandemia. El establecimiento estuvo cerrado desde finales de 2020 hasta agosto del año pasado, cuando reabrió sus puertas. El local recuerda su historia sin exceso de ostentación. En su entrada cuelga un texto enmarcado, pero discretamente colocado, que relata los orígenes de la FA. Otro póster recuerda lo que allí sucedió en 1863, el nacimiento de una pasión que hoy se vive en las pantallas del Freemasons.
