Viernes de dolores o de alivio
El Sevilla necesita ganar para consolidar la Champions y el Granada, la permanencia. Lopetegui recupera a Papu Gómez. Regreso especial para el lateral nazarí Sergio Escudero.
"Gitana si me quisieras, yo te compraría en Granada, la mejor cueva que hubiera”. El tango lo compuso el virtuoso guitarrista sevillano Vicente Amigo y lo convirtió al pop una banda de Granada, Los Planetas. La controvertida mezcla se representa esta noche sobre el césped del Ramón Sánchez-Pizjuán (sigue el partido en directo en AS.com): en una cueva se tendrán que meter los sevillistas como la temporada no les dé al menos para la Champions, después de meses de lucha por LaLiga. Y no habrá hoyo suficientemente hondo para los que mandan en el Granada si pasan de pelear por la Europa League, el año pasado, a pegar ahora el segundazo.
Es Viernes de Dolores, jornada de fervor previa a una de las semanas más grandes en Sevilla, la Santa. Los templos se llenan de capillitas que aprovechan la quietud de sus imágenes favoritas para pedirles algún favor. A falta de otros problemas más serios, no habrá pocos sevillistas que se acuerden ante su Cristo y/o su Virgen de la galopante sequía goleadora que atraviesa el equipo, apenas un gol ha marcado en los últimos cuatro duelos ligueros. Lopetegui recupera esta noche al Papu Gómez, habrá que ver si desde el inicio, pero sigue teniendo en tenguerengue la banda izquierda, sin Acuña ni Rekik, y también el centro del campo, en el que faltan los pivotes Fernando y Delaney.
Tras sustituir a Robert Moreno en el banquillo nazarí, Rubén Torrecilla debutó con derrota ante el Elche, ganó en Vitoria con fatiguitas y con ese mismo sufrimiento rescató un punto contra el Rayo. En apenas un año el técnico cacereño ha pasado de entrenar a juveniles a tener que salvar al primer equipo, interinidad que de momento se prolongará hasta que lo dicten los resultados. Rochina (el goleador en la victoria nazarí de la primera vuelta) se le cayó para toda la temporada, como Neva, en cuyo puesto jugará un futbolista que regresa a Nervión después de haber llevado allí el brazalete: Sergio Escudero. El vallisoletano conoce bien la presión, propia y ajena, que ofrece el Sánchez-Pizjuán.