El Inter tumba a la Juve con catenaccio y polémica

No hay derbi de Italia sin polémica, y este Juve-Inter lo confirmó. Triunfaron los nerazzurri, que rompieron la racha de 16 partidos ligueros sin derrotas de sus rivales y siguen firmes en la lucha por el scudetto, a tres puntos de Milan y Nápoles y con un partido por recuperar.

Allegri salió de inicio con un 4-2-3-1, utilizando a Cuadrado, Dybala y Morata detrás de Vlahovic. Ese dibujo, paradójicamente por el resultado final, sacó la mejor versión en los últimos meses de su Juve, que llegó al descanso con 14 remates contra los tres de sus rivales y rozó varias veces el 1-0. Chiellini golpeó el larguero tras una mala salida de Handanovic y un Dybala en gran forma, en su primera aparición tras la ruptura oficial con el club, estuvo a centímetros de un golazo con un disparo desde muy lejos. Hubo enorme intensidad y Lautaro, con una patada involuntaria, le causó una herida en la cara a Locatelli, que después abandonó el verde entre lágrimas por un problema en la rodilla. La primera parte terminó en el minuto 54 debido a uno de los mayores líos de VAR en los últimos cursos. Irrati, tras haber controlado las imágenes del VAR, concedió un penalti al Inter por un pisotón de Morata a Dumfries. Szczesny neutralizó el remate de Calhanoglu, que después se lanzó a por el balón y acabó de alguna manera empujándolo entre palos. El árbitro primero anuló su gol por una supuesta falta, y después, otra vez convocado por el VAR, decretó que el penalti se tenía que repetir porque De Ligt invadió el área y fue el primero en alcanzar el esférico. El mismo Calhanoglu no desaprovechó la segunda oportunidad.

Los de Allegri (que durante el lío del penalti se rasgó literalmente las vestiduras como suele hacer en sus peores enfados) continuaron dominando el partido en la reanudación, rematando al poste con Zakaria y encerrando a los milaneses en el área hasta el pitido final. El catenaccio interista aguantó.