Japón le pierde la fe a Kubo

De Kubo se espera todo en Japón, pero ahora está para poco. A sus 20 años, la gran esperanza nipona ha caído en la intrascendencia en su selección. Es cada vez menos importante en los planes de Moriyasu y su ascendiente entre los aficionados pierde peso. Algo se enrarece alrededor de su figura, hasta hace unos meses la que más expectativas levantaba en el país asiático.

La clasificación mundialista de Japón, certificada el pasado jueves ante Australia, abrió la puerta de la titularidad a Kubo en el último partido de la fase de clasificación ante la frágil Vietnam. Se aguardaba a la redención del jugador del Real Madrid, cedido en el Mallorca, pero ofreció una versión bastante apagada. Partiendo desde la derecha del ataque, Kubo completó un primer tiempo de mínimos. No se fue de casi nadie, desperdició dos buenas opciones de remate con disparos timidísimos y apenas concretó nada de lo que empezó. Japón se fue perdiendo 0-1 al descanso con Kubo como señalado principal.

En el segundo tiempo, pudo rebajar las críticas con una faena más aseada. La entrada de Ito le trasladó a la mediapunta y ahí se movió mejor entre líneas e intervino con más acierto. Aun así, fue sustituido en el minuto 62 por Minanimo, el futbolista del Liverpool, muy por delante en las prioridades de Moriyasu. Kubo desaprovechó una ocasión que parecía idónea para reivindicarse. Sus números ante Vietnam no terminan de reflejar del todo el escaso empaque de su actuación. Sumó 46 toques, apenas tuvo un 69% de precisión en el pase y perdió 14 balones. Japón acabó empatando con un gol de Yoshida.

Kubo ha perdido el paso en la selección japonesa. En los partidos decisivos ante Arabia Saudí y Australia no jugó ni un minuto. Antes, contra China, apenas participó en 17 minutos de aquel encuentro. Hasta ahora su presencia en el Mundial no peligraba, pero ya no se puede afirmar esto con rotundidad. Jugadores ofensivos como Doan (PSV), fuera de esta convocatoria de Moriyasu, merecen un trato mejor. Además, Ito y Minamino son indiscutibles, y la irrupción de Mitoma ha cambiado radicalmente su consideración. Como siga así, Kubo está en la encrucijada.