Un derbi vasco como los de antes entre la Real y el Alavés
El Reale Arena acoge un Real-Alavés especial: es el primer partido entre equipos vascos en Euskadi con aforo completo y afición visitante en las gradas en estos dos años.
Más allá de lo deportivo, que evidentemente es muy importante y ambos equipos tienen mucho en juego en el envite, este derbi vasco entre la Real Sociedad y el Deportivo Alavés destaca por ser algo así como el de la (esperemos) definitiva vuelta a la normalidad en los estadios, y por ende en el fútbol de nuestro país (sigue el partido en directo en AS.com). El Reale Arena acoge el primer derbi en la Comunidad Autónoma Vasca con presencia de las dos aficiones en las gradas y, por fin, con aforo completo. Desde que han empezado a suavizarse de forma paulatina las restricciones por la dichosa pandemia, ya me entienden. Ya solo por eso es un derbi vasco especial: por volver a disfrutar de la mezcla de colores en las gradas, del ambiente diferente que se genera en la previa, por ver de nuevo las gradas llenas, y por recibir a casi un millar de seguidores alaveses.
Si el fútbol es de la afición, los derbis son de su gente, y sin gente del equipo visitante, no hay duda de que son menos derbis. Y este tendrá ese aliciente. Ya contra Osasuna se vivió en Anoeta un adelanto de lo que puede ser este derbi vasco, pero entonces seguía habiendo restricción de aforo. Es el derbi de la vuelta a la normalidad. ¡Y qué ganas teníamos!
Pero en medio de la fiesta de las gradas, se cuela lo deportivo, y eso de antemano ya no es tan agradable. Porque el Alavés aterriza en Donostia agobiado por su situación clasificatoria y muy necesitado de una victoria que le permita mantener intactas sus esperanzas de permanencia. Los últimos dos empates le han dado aire, han demostrado que poco a poco el equipo babazorro de va acercando a lo que quiere Mendilibar, cuyo estilo ya se empieza a notar sobre el césped. Especialmente contra el Sevilla enseñaron los dientes, dejando claro que con sus armas no son para nada menos que los equipos de la zona noble. Pero con empates no se avanza lo suficiente, el tiempo apremia, y la victoria se antoja ya obligatoria. Para los vitorianos es un derbi de extrema necesidad.
Mendilibar ya logró empatar en su estreno con el Alavés contra su apreciada Real Sociedad, pero ahora debe dar otro paso más, que es ganar por fin en el Reale Arena, donde nunca ha logrado la victoria con ninguno de los equipos que lo ha visitado. Ni con Osasuna ni con Eibar ha regresado a casa con los tres puntos en el zurrón. Su Alavés lo necesita como el comer. Compite, presiona y exige al rival, pero eso debe acompañarlo de mejores resultados. El juego aéreo de Joselu y las bandas de Edgar y Rioja serán sus principales armas. Recupera a Tomás Pina, tras sus molestias de aductor y a Loum, que no pudo jugar contra el Sevilla debido al ciclo de cinco cartulinas amarillas. También a Martín, que tuvo problemas gástricos. Hay una incógnita en la medular. El buen rendimiento de Toni Moya y Pere Pons ante los andaluces podría provocar que Mendi siga apostando por ellos aunque también podrían volver Pina y Loum. Edgar le ha ganado la partida a Pellistri y Jason y, en principio, será su apuesta en la banda derecha. Ante el Sevilla le funcionó bien el 4-2-3-1 y es posible que vuelva a ponerlo.
Más de 700 aficionados albiazules acompañarán al equipo de Mendilibar en las gradas del Reale Arena. El conjunto alavesista ha mejorado futbolísticamente hablando en las últimas jornadas, pero todavía le falta ser contundente lejos de Vitoria. Apenas suma cuando tiene que coger el autobús rumbo a otra ciudad.
Aunque si el Alavés tiene necesidad, no menos necesitada está la Real Sociedad, aunque sea de otra manera. Los donostiarras luchan por seguir vivos en la pelea europea, el único aliciente que le queda a su temporada después de las eliminaciones prematuras en Copa y Europa. La goleada recibida en el Bernabéu hizo que las dudas volvieran a aflorar, aunque fuera injusto porque ya vimos lo que le hizo después entre semana el Real Madrid al PSG. Y la dinámica liguera antes se había encarrilado con dos triunfos seguidos. Pero el equipo realista parece que llega muy justito físicamente al tramo decisivo de la temporada. Y eso es lo que preocupa. Se agarra a su habitual seguridad defensiva (salvo extrañas goleadas puntuales) y al tremendo valor que le da a los goles que marca, porque con solo 28 goles ha sumado 44 puntos, siendo tan eficaz que en Anoeta ha ganado todos sus partidos (menos un 2-0) por el ajustado 1-0. Imanol recupera a Januzaj, al que se le ha echado demasiado de menos en ataque; y Diego Rico, que podría partir desde el banquillo, manteniendo a Gorosabel a pie cambiado en el lateral zurdo.
Y luego entre algodones estarán los 'Mikeles' (Oyarzabal y Merino) que llevan toda la semana entrenando al margen para llegar en condiciones al partido contra el Alavés. Illarra-Silva-Merino completarán una medular de muchos quilates, salvo que el oriotarra tenga guardada alguna sorpresa inesperada. La Real necesita ganar para seguir en Europa y para no perder, incluso, el tren de la Champions. Porque la ilusión es lo último que debe perderse. ¿O era la esperanza? Esa es la quiere mantener viva un Alavés que llega como penúltimo. Sí, es un derbi vasco especial… en todos los sentidos.
