Cita cumbre en Riazor
El Deportivo, con cinco puntos de ventaja, recibe a un Racing que tiene un partido menos. Primero contra segundo con una entrada en Riazor de récord.
Diecisiete días después de los previsto, y con una buena dosis de polémica tras el aplazamiento por Covid, Deportivo y Racing de Santander se verán las caras en Riazor para disputar el partido más esperado del Grupo I de Primera RFEF. Primero contra segundo. Líder frente aspirante para dirimir algo más que tres puntos por todo lo que hay en juego. Antes del aplazamiento la ventaja de los coruñeses era de seis puntos. Ahora, es de solo cinco y los cántabros tienen otra bala en la recámara: su partido también aplazado por Covid ante la Cultural Leonesa. Sobrados motivos para considerar el duelo Riazor como trascendental. Si ganan los locales se irán a ocho puntos y sumarán el comodín del golaverage tras el 0-0 del Sardinero. Si lo hacen los visitantes, se situarán a solo dos puntos de la cima y, por primera vez en mucho tiempo, dependerán de sí mismos para cazar el liderato.
Cita cumbre en un Riazor que registrará una entrada fuera de categoría. Con 20.000 socios y más de 7.000 entradas vendidas, se vivirá un ambiente a la altura de las mejores entradas de Primera División. Fidelidad sin fin de la afición blanquiazul justo cuando su equipo atraviesa de forma inesperada su peor momento de la temporada tras acumular dos derrotas consecutivas. Tampoco hay fuegos artificiales en el Racing, que el pasado fin de semana patinó en casa ante el Badajoz (0-0), continúa bloqueado en su juego y sigue dando la sensación de ser un equipo con mejores resultados que fútbol. Dudas en ambos conjuntos que a buen seguro se volatizarán cuando comience a rodar el balón por lo que hay en juego y por la historia, que indica que el empate es un raro resultado en este duelo cuando se juega en A Coruña.
Ambos técnicos llegan con sus tropas prácticamente completas. Una baja para cada uno, y las dos en el lateral derecho: Víctor García y Unai Medina. El reto para Borja Jiménez pasa por encontrar la fórmula para que las ocasiones que genera su equipo, muchas, se traduzcan en goles ante la falta de eficacia en los últimos partidos. Con Miku como ‘nueve’, todo apunta a que el técnico regresará a los dos delanteros juntando al venezolano y Quiles con Noel en la recámara. Romo, por su parte, ha sido siempre fiel al 4-2-3-1, pero no descarta retocar el sistema para protegerse en Riazor. La alternativa sería un tercer centrocampista, Borja Domínguez, junto a los pivotes Tienza e Íñigo. El sacrificado podría ser Pablo Torre, la joven estrella verdiblanca, o Arturo. Potente línea de contención que se uniría a una la defensa de cuatro centrales por la que apuesta el técnico desde la baja de Unai Medida y que le ha llevado a sumar cuatro partidos consecutivos sin encajar.