Xavi no está dispuesto a pisar charcos con Dembélé

El partido entre el Barcelona y el Atlético de Madrid tenía dos focos de atención. El primero era prioritario y se ceñía a la disputa de los puntos en juego. El segundo era el morbo respecto a la utilización de Ousmane Dembélé por parte del técnico catalán, que le indultó después de que estuviera fuera de las convocatorias durante el tramo final del mercado de invierno.

La idea con Dembélé después de su reincorporación es la de ir poco a poco. Ante el Atlético entró en la convocatoria, pero ni calentó. Todo apunta a que si tiene una oportunidad para volver a jugar, será, en principio, fuera de casa.

A día de hoy, Xavi no es ajeno a que la presencia de Dembélé en el Camp Nou es un elemento discordante. El domingo, una hora antes de que se iniciara el partido y con el estadio con menos de media entrada el francés fue abucheado en cuanto sonó su nombre en megafonía. Minutos antes el nombre de Luis Suárez había sido ovacionado.

En la gestión del partido contra el equipo de Simeone, Xavi midió muy bien la posibilidad de utilizar la carta del francés. Ante la marcha del duelo, afirman desde dentro del vestuario que el técnico puso en la balanza las ventajas y los inconvenientes de incorporar a escena al extremo. Optó por no sacarle ni a calentar para no romper el ambiente de apoyo al equipo en momentos difíciles (el Barça se había quedado con diez por expulsión de Alves y el Atlético apretaba) y evitar un debate innecesario que iba a distraer a la grada.

Por tanto, el ‘proyecto Dembélé’ es el de ir muy despacio. Tiene muchos más números de volver a jugar fuera del Camp Nou y así ir sumando puntos para que su vuelta al césped local ante su afición sea menos traumático. Hay que cocinar este retorno a fuego lento. El técnico le ha indultado, el público, está claro que no.