La mala suerte se ceba con el Mónaco

El fútbol no entiende de justicias ni de estados de ánimo. Es la mejor definición que se le puede dar al partido entre el Shakhtar y el Mónaco y que acabó con la clasificación a la fase de grupos de la Champions de los ucranianos. Se fue 0-2 al descanso el equipo de Kovac, forzó la prórroga en la segunda mitad el Shakhtar en una jugada aislada y una crueldad con Ruben Aguilar en la prórroga terminó por desestimar el sueño de los franceses de jugar la presente edición de la máxima competición continental. De hecho, el Shakhtar únicamente tiró una vez a puerta y acabó empatando el partido.

El Mónaco se jugaba hoy más que la clasificación a la Champions League. Tras haber conseguido meter a sus tres equipos a la máxima competición continental, Portugal había adelantado a Francia en el coeficiente UEFA, por lo que la remontada hoy ante el conjunto ucraniano era más que obligada para los de Kovac, que venían de arrancar la Ligue 1 con tan solo un punto de nueve posibles.

Si en el partido de ida el Shakhtar había sido muy superior al Mónaco, el conjunto monegasco realizó una primera parte para enmarcar. Rozó la perfección, le quitó la posesión a su rival, seña de identidad de los de De Zerbi y se fue al descanso clasificado a la fase de grupos de la Champions League. Los de Kovac salieron al terreno de juego con una intensidad desmedida, presionando con hasta seis jugadores cerca del área rival y mostrando una superioridad flagrante durante los primeros 45 minutos.

Como era de esperar, el gol del Mónaco estaba al caer. Fue Wissam Ben Yedder el que abrió la lata tras aprovechar una gran triangulación en el centro del campo y adelantar al conjunto del Principado tras un rechace a un disparo de Volland. El gol, lejos de hacer reaccionar al Shakhtar, metió miedo en los de De Zerbi, noqueados mentalmente y jugando a merced de un Mónaco que metió todavía más el dedo en la llaga y marcó el 0-2 gracias a Ben Yedder, que anotó a placer tras un gran centro de Caio Henrique para perdonar el 0-3 justo antes del descanso de vaselina. Fue, sin duda, un repaso total de Kovac a De Zerbi en la primera mitad.

De forma totalmente lógica, pues el esfuerzo de la primera mitad fue gigante, el Mónaco bajó de marchas en el inicio de la segunda parte y decidió replegar en vez de salir con todo a presionar. El Shakhtar, que acumuló alguna llegada de peligro, todas de ellas muy tímidas, fue incapaz de desarbolar el gran trabajo defensivo de los de Kovac, que volvió a tener el 0-3 en las botas de Ben Yedder, pero un rápido y astuto Pyatov lo evitó. Volland tampoco pudo sentenciar en otra gran jugada de los rojiblancos y que inició Gelson Martins en la banda derecha.

El fútbol es un estado de ánimo y, quizá, uno de los deportes más impredecibles del mundo. El Shakhtar estaba jugando a merced del Mónaco, pero al tener una plantilla de tanta calidad, los ucranianos empataron en una jugada aislada que acabó materializando Marlos, recién ingresado en el terreno de juego y un revulsivo de lujo para De Zerbi. Con la eliminación del valor doble, ambos equipos se batieron en un ida y vuelta constante del que cualquiera podía salir vencedor. El Mónaco volvió a fallar dos ocasiones flagrantes al final, las dos en las botas de Volland, y el partido se fue a la prórroga.

La prórroga, siempre tan traicionera, hizo estragos en el físico de Shakhtar y Mónaco. Ucranianos y franceses firmaron una tregua que amenazaba con resolver el encuentro en la tanda de penaltis. En la primera mitad, el único tiro fue de visitante, y de Volland, que envió por encima del larguero un disparo de media distancia. Sin embargo, la mala suerte se cebó con el Mónaco en la segunda mitad, tras impactar en Rubén Aguilar un pase atrás de Mudryk y que acabó en la portería de Núbel. El Shakhtar salió vencedor y se clasificó para la fase de grupos de la Champions.