El Espanyol se queda solo
Con el límite salarial de LaLiga al pie de la letra tras la experiencia con Keidi Bare, es el único club de Primera y Segunda sin caras nuevas. Tres son las soluciones.
"Del gasto que han hecho otros (clubes), pensamos que muchos se han tirado a la piscina". Era la reflexión que José María Durán, consejero delegado del Espanyol, ofrecía el pasado 15 de junio cuando se le preguntaba por el bloqueo de la entidad en materia de fichajes en comparación con el resto de equipos. De existir esa piscina, un mes después está mucho más repleta –no se sabe si de agua, pero seguro que de usuarios–, mientras que el Espanyol permanece fuera, casi insolado, y ahora ya solo, por mucho que se sigue moviendo en el mercado.
Tras movimientos como la reciente incorporación del portero Mathew Ryan en la Real Sociedad, el Espanyol se ha convertido en el único equipo de Primera y Segunda que no presenta una sola cara nueva en esta temporada 2021-22. Sí ejecutó las opciones de compra de Nany Dimata, Miguelón Llambrich y Álvaro Vadillo, pero los tres venían de jugar la pasada campaña como blanquiazules. El club perico, con Chen Yansheng al mando, se está acogiendo férreamente al control salarial de LaLiga, la cual le marca que está todavía a unos tres millones de euros de ajustar su límite. Es decir, que necesita ejecutar salidas. Pero estas no llegan –por los altos emolumentos de jugadores como Matías Vargas o el propio Vadillo, o por la negativa en algunos casos a irse– y el pez se muerde la cola.
Uno de los factores por los que el Espanyol no adelanta faena es porque la temporada pasada le vio las orejas al lobo con Keidi Bare, al que firmó aun estando desbordado el límite salarial y al que estuvo a punto de no poder inscribir, de no ser por la venta de Marc Roca al Bayern de Múnich a tres días del cierre del mercado. Ese sufrimiento marcó y se trata de evitar, a pesar de que el mercado avanza y algunas de las oportunidades labradas por la dirección deportiva se pueden ir esfumando.
La situación de bloqueo en el Espanyol llama aún más la atención cuando se la compara con la de su vecino, el todopoderoso Barcelona, que a pesar de su situación financiera próxima a la quiebra y de su necesidad de aligerar los salarios en cerca de 200 millones para retener a Lionel Messi ha afrontado fichajes de renombre como Sergio Agüero o Memphis Depay. O el contraste con los otros recién ascendidos: el Rayo Vallecano se ha hecho con Iván Balliu, del Almería, o Sergio Moreno, del Mirandés, mientras que el Mallorca ha pescado a Ángel Rodríguez, Jaume Costa o al experico Pablo Maffeo. Y ello no les ha impedido quedarse en propiedad a Fran García y Amath Ndiaye, respectivamente.
Incluso en Segunda División presentan incorporaciones todos los equipos. Cierto es que el Girona únicamente aparece como cara nueva la de su entrenador, Míchel Sánchez, pero es que hasta el Real Zaragoza, inmerso en un proceso tan profundo como un cambio de propiedad que genera una total incertidumbre, ha sido capaz estos últimos días de cerrar la incorporación de Fran Gámez.
A falta de salidas, que desde el club prometían para la pasada semana, el único trampolín que se abre ante el Espanyol para poder lanzarse a la piscina de los fichajes –incluso a la de inscribir a toda la plantilla actual– antes de que acabe el verano y quede desierta son los abonados y los patrocinios. Lo primero marcha a buen ritmo, con el objetivo de alcanzar los 30.000. Y en materia de espónsors trata de cerrar el club a Riviera Maya y otro más. Entre estos ingresos y la vital ampliación de capital de 37'8 millones aprobada por Chen Yansheng en junio, se acercarán los refuerzos en el mes y medio que resta de mercado. Porque esto no es cómo empieza, sino cómo acaba.