La fase final se adjudicó a Italia. Los organizadores fijaron las semifinales en Nápoles y Florencia. En el San Paolo el resultado inicial se mantuvo después de 120 minutos de juego. Todavía no se había inventado lo de los penaltis y el lanzamiento de una moneda clasificó a los anfitriones. En Florencia el público apoyó a los yugoslavos y el árbitro, un español, también. A pesar de ello, Inglaterra defendió su suerte pero Dzajic resolvió al final. (Los onces de Italia y la URSS escuchan los himnos en Nápoles).
Yugoslavia - Inglaterra
| Yugoslavia 1-0 Inglaterra |
| Florencia. 05-06-1968 |
| Pantelic; Fazlagic, Damjanovic, Paunovic, Holcer; Pavlovic, Trivic; Petkovic, Musemic, Osim y Dzajic. |
| Banks; Newton, Labone, Moore, Wilson; Mullery, B.Charlton; Ball, Hunt, Hunter y Peters. |
| Árbitro: José Mª Ortiz de Mendíbil (España) |
| 1-0 Dzajic 86’. Expulsión de Mullery 86’. |
Dragan Dzajic fue la gran figura de esta Eurocopa. Su gol eliminó a Inglaterra en Florencia.
Perdió el Campeón
Dragan Dzajic fue la gran figura de esta Eurocopa. Su gol eliminó a Inglaterra en Florencia.
Los ingleses llegaban con la vitola de favoritos y la corona de campeones del Mundo. A su mayor fuerza física los plavis opusieron la brillantez de su talento, especialmente el de Dzajic, en magnífico estado de forma. Bobby Charlton estuvo desaparecido gracias al severo marcaje de Trivic. El juego derivó poco a poco hacia la violencia que el árbitro español Ortiz de Mendíbil no supo cortar a tiempo. Hubo pocas ocasiones de gol, todas anuladas por Banks y Pantelic. Parecía que se llegaba a la prórroga cuando Dzajic elaboró una magnífica jugada personal. Se fue de dos adversarios y cruzó el balón lejos de Banks.
El artista yugoslavo
Nacido en Ub (actual Serbia) el 30 de mayo de 1946, Dragan Dzajic debutó con 16 años en el Estrella Roja. Tiene el récord de partidos con Yugoslavia, 85 veces, en los que marcó 24 goles. Era un extremo izquierda con maravillosa técnica. Al final de su carrera jugó en el Bastia francés.
Italia - URSS
| Italia 0-0 URSS |
| Nápoles. 05-06-1968 |
| Zoff; Burgnich, Bercellino, Facchetti; Ferrini, Castano; Domenghini, Juliano, Mazzola, Rivera y Prati. |
| Pshenichnikov; Istomin, Shesternev, Kaplichni, Afonin; Lenev, Logofet; Malofeev, Banishevski, Bishovets y Evriuzhijin |
| Árbitro: Kurt Tschenscher (Alemania Fed.) |
| Después de jugarse la prórroga de 30 minutos sin que variase el marcador, se clasificó Italia mediante el lanzamiento de una moneda. |
Todavía no existían los cambios. Los once iniciales, salvo el portero lesionado, eran intocables y tenían que resistir hasta el fin, siempre que les fuese posible. Rivera quedó mermado y fue figura decorativa.
Empate en juego y tácticas superdefensivas
El fútbol puede ser aburridísimo cuando los dos equipos contendientes se dedican con todas sus fuerzas a anular el juego de su adversario. Si no hay fallos individuales el resultado final es un lógico empate a cero. Eso sucedió en la semifinal jugada con un calor asfixiante en Nápoles entre Italia y la Unión Soviética. Rivera no apareció y la pareja Bishovets - Banishevski se perdió entre los defensores azzurri. La media hora de prórroga tampoco resolvió nada.
Revancha italiana
Los italianos habían sido eliminados en su primera participación en la Eurocopa por el equipo que lucía las CCCP en su camiseta. Era el momento de tomarse la revancha y llevaron el partido a la caldera napolitana del San Paolo. Con todo a favor, no pudieron superar a los soviéticos en 120 minutos de juego y tuvieron que fiar su clasificación al lanzamiento de una moneda. Salió ‘cara’ y pasaron a la final.
Milagro de San Gennaro
Finalizaron los 120 minutos sin goles. Todavía no se había adoptado lo de los penaltis y Tschenscher, el árbitro alemán, reunió a los capitanes Facchetti y Shesternev en su vestuario. Allí lanzó al aire una monetina prestada por el delegado español Agustín Pujol. Cuando cayó al suelo los tres se inclinaron a ver el resultado y Giacinto Facchetti gritó triunfalmente con todas sus fuerzas ¡Testa! (cara). Sus compañeros le escucharon desde el pasillo y volvieron al campo con aire triunfal. Su reaparición fue acogida con enorme entusiasmo por los tifosi napolitanos. Fue un nuevo milagro de san Gennaro en respuesta a las oraciones de los espectadores asistentes al estadio San Paolo.