Luces en el Depor: vuelve el gol, Riazor, Miku, la cantera…
El Deportivo mira ya a Primera RFEF. La temporada ha sido un fracaso, pero con algunas buenas noticias colectivas e individuales finales de cara al futuro.
El Deportivo tenía este pasado domingo la posibilidad de certificar la permanencia en Primera RFEF venciendo al Langreo y poner fin a una temporada que ha sido un fracaso. Y los coruñeses respondieron con un gran partido y una goleada (5-0) que no lograba el equipo desde 2004 ante el Celta en Balaídos (0-5). El resultado fue realmente inesperado después de un año en el que el gol ha sido el gran déficit de los blanquiazules. Tanto, que los cinco goles a los asturianos son más del 20% de los conseguidos en toda la temporada (22).
Miku
La goleada también dejó varios nombres propios, en especial el de Miku. El venezolano firmó un doblete, el primero y el tercero del partido, que le valieron para irse hasta los siete goles. La cifra iguala el registro del pichichi de la pasada campaña, Aketxe, y supera la cantidad más pobre de las últimas décadas: los cinco de Arizmendi (2006-07). Lo cierto es que Miku, que llegó este verano muy fuera de forma, ha demostrado su olfato goleador una vez superadas lesiones y déficits físicos. No marcó hasta la jornada 17ª, en la que le hizo un espectacular hat-trick al Celta. Desde ese día hasta el Langreo, siete goles en siete partidos. En total del año, siete tantos en 935 minutos jugados, un gol cada 133 minutos.
La estrategia
El partido también sirvió para que volviese a funcionar otra carencia que arrastró el equipo todo el año: la estrategia. Granero, que marcó su primer gol de la temporada, hizo el 2-0 al cabecear una falta lateral de Héctor. Después Borges, que había marcado el primer gol a balón parado de la temporada hace dos semanas ante el Numancia, hizo el 4-0 con un golazo de falta directa, el primero de esta liga. Pequeñas victorias que señalan que el trabajo de Rubén de la Barrera, aunque tarde para los objetivos del equipo, va dando sus frutos.
La cantera
Pero quizás el gol con mayor mensaje fue el quinto logrado por Adri Castro. El canterano se estrenó como goleador del primer equipo después de un año en la que empezó con mucha fuerza en pretemporada, pero que terminó en el Fabril buscando escalar a base de goles. Buena parte del futuro del Deportivo pasará por la cantera, que además de Adri Castro dejó su impronta en la manita al Langreo. Rubén de la Barrera dejó en el banquillo en el día decisivo a Uche, Beauvue y Borges en un once con Mujaid, Diego Villares y Rayco junto a Álex Bergantiños… todo un mensaje.
Factor Riazor
Si todo lo anterior es positivo, la trascendencia y comunión de la afición con el equipo fue sin duda la mejor noticia. Riazor registro la mayor entrada de la temporada con 5.000 seguidores en la grada que se dejaron notar. El Deportivo, que cuenta con 23.000 socios en Segunda B, es de los equipos que notan en serio el vacío en las gradas, algo que si nada se tuerce mejorará para el próximo curso. El conjunto coruñés, además, fraguó la permanencia en su estadio, donde ha encadenado seis victorias consecutivas, algo que no ocurría desde la temporada 2011-12 con Oltra. Seis victorias con un balance de doce goles a favor y uno en contra que señalan a Riazor como el mejor cimiento para lograr el único objetivo que habrá la próxima campaña: ascender.