Kubo quiere asaltar su casa

Take Kubo es uno de esos futbolistas diferentes que llaman la atención nada más verlo. Su irrupción en el Getafe fue fulgurante. Debutó sin haber entrenado y sin conocer a sus compañeros y participó en los dos goles que propiciaron la remontada azulona en un partido trascendente en Elche. Cómo no ilusionarse con el japonés, que vino de la mano de otra perla de la cantera, en este caso del Barça, Carles Aleñá.

Bordalás convenció al futbolista y al Real Madrid de que viniera al Coliseum asegurando que sería un futbolista muy importante en el equipo y que tendría mucha responsabilidad en el tramo decisivo de la temporada. El técnico está cumpliendo su palabra y Kubo ha jugado en apenas cinco jornadas tantos minutos como disputó en Villarreal en toda la primera vuelta. Tras su exhibición en Elche, Take ya ha sido titular en el resto de partidos, aunque siempre acabe sustituido. Juega el setenta por ciento de los minutos, participa en el juego asociativo del equipo, recibe bastantes faltas y en su debe queda que su relación con el gol se ha enfriado tras aquel primer día.

El técnico ha cambiado el sistema para formar una línea de tres por detrás de un único punta. Kubo, Aleñá y Cucurella deben poner la imaginación y, en el caso del japonés, el desborde y el atrevimiento en el uno contra uno. Bordalás le ha dado galones en el balón parado, le ha liberado de trabajo defensivo pidiendo a Maksimovic que le vigile la espalda y le ha dado al fin el papel que Kubo buscaba desde que salió cedido por primera vez al Mallorca.

Zurda exquisita en el golpeo y los controles orientados, desparpajo, tren inferior poderoso con el centro de gravedad bajo, empezó siendo extremo puro y ahora da más salidas a sus compañeros asociándose por dentro. La adaptación ha sido rápida y hoy tiene la oportunidad esperada ante los que deben ser sus futuros compañeros. Su mayor reivindicación para conseguirlo será morder la mano que le da de comer.