Garitano y el Leganés, fin al exilio
El entrenador de Bergara redebuta tras 989 días desde su último partido como técnico pepinero. El Leganés acumulaba 51 días fuera de Butarque. El Lugo, rival con ensoñaciones de play-off.
Exiliar es un verbo doloroso. Da igual que se conjugue en su versión transitiva o la pronominal. Duele siempre. Por ejemplo, Garitano es víctima de lo segundo. Porque a él no lo exiliaron. Se exilió él solito. Hoy regresa en este Leganés - Lugo (sigue el partido en directo en AS.com).
Hace 989 días, el 19 de mayo de 2018, Asier decidió marcharse. Dio un paso al frente y abandonó Butarque para buscar nuevas metas con las que seguir creciendo. Esa tarde dirigió su último duelo como entrenador del Leganés. Fue ante el Betis, en la Avenida de los Once Leones y el partido, aparte de terminar en victoria (3-2), mutó en un homenaje perfecto que mezcló nostalgia y agradecimiento. También dolor. Nunca es fácil irte de dónde te quieren o despedir al que adoras. Luego volvió, sí, pero como enemigo. Y nunca ganó. Empate a dos con la Real Sociedad y a uno con el Alavés. ¿Casualidades del destino? Ni de broma. Garitano y el destino no creen en las casualidades.
Pero es que exiliar también es verbo transitivo. Y en ese formato resulta igualmente doloroso. De nuevo el Leganés ejerce como buen ejemplo. En los últimos 51 días a los pepineros los han exiliado de su estadio. Entre el calendario y Filomena, resulta que no juegan en Butarque desde 12 de diciembre, cuando cayeron contra el Mallorca por 0-1. El principio del fin. De Martí, se entiende. Aquella derrota comenzó a apalancar el despido del entrenador balear, una destitución que se venía mascullando desde hace semanas, pero que tomó forma oficial el pasado martes. Un día después, el club anunciaba el retorno de Garitano, que hoy pondrá fin de una tacada a ese doble exilio. El suyo y el del Leganés.
Objetivo: el ascenso y la normalidad
También pondrá fin a una tercera racha que, más que exilio, es ausencia. Bendita ausencia. Garitano no dirige un partido en Segunda desde el 4 de junio de 2016, cuando ascendió a Primera División con los pepineros. Ese mismo objetivo se fija ahora, aunque con la prudencia barnizando su ya habitual discurso de cautela y normalidad. Lo primero es ganar al Lugo. De la clasificación no quiere oír ni hablar. Literal. Y entendible si pretende evitar desde el minuto 1 urgencias que le pasen factura a él y sus chicos.
Entre sus objetivos iniciales están otros. Todos se resumen en el de potenciar "el buen trabajo que se ha hecho hasta ahora", adelantó en su presentación. Ayer, en la previa del partido, Asier fue más allá. "Creemos que hay cosas que se pueden hacer mejor. En defensa y en ataque", dijo. Eso, traducido a hechos, implica varios cambios importantes. El Leganés volverá al 4-2-3-1 y bajo el mando de Garitano repescará a jugadores hundidos antes en el ostracismo, como Jonathan Silva o Eraso, que pasarán de olvidados a titulares. A cambio otros deberán empezar de cero, como Borja Bastón o Gaku, los principales damnificados del primer once del de Bergara. Rubén Pérez vuelve tras 20 días sin entrenar por el COVID y Bustinza y Javi Hernández serán baja por sanción. Tampoco estará Santos. El Leganés romperá su cesión y volverá al Copenhague, con el que rescindirá para ser agente libre.
Y todo frente aun Lugo que ansía ser rival complejo. No será fácil. Primero, deberá romper esa racha que lo convierte en derrotado seguro tras cambio de entrenador rival. Ya le sucedió ante el Alcorcón con Anquela y el Zaragoza con JIM. Mal rollo lucense. Sucede, sin embargo, que los de Lacen llegan relajados, con la buchaca de puntos rebosante en la perspectiva de su objetivo inicial (permanencia) y mirando de reojo un sueño (play-off). La zona de privilegio que marca el propio Leganés está a sólo tres puntos. El técnico franco-argelino tiene a casi toda su plantilla a su disposición. Vuelven Valentín y Torres y El Hacen apunta a titular.
As a seguir del Leganés:
Silva. El lateral argentino retornará a la alineación favorecido por la baja de Javi Hernández, pero espoleado por un Garitano que quiere recuperarlo para la causa.
AS a seguir del Lugo:
Gerard Valentín. El extremo llega fresco al partido tras cumplir sanción la última jornada. Su verticalidad es fundamental en el ataque albivermello.
Claves:
Estabilidad.
El cambio de banquillo promete mitigar la inestabilidad de las últimas jornadas surgidas a partir de las dudas con Martí.
Velocidad.
El ataque lucense pasará por fuerza en transiciones rápidas y verticales, en las que el equipo es experto. Ojo a Valentín y el Puma.
Costados.
Garitano recuperará para su pizarra el uso de hombres puros de banda para jugar tanto en defensa, como en ataque. Y todos de perfil ofensivo a los que exigirá trabajo en defensa, pero sin coartarles su creatividad.
Banquillo.
Los albivermellos han aprovechado las últimas jornadas para vaciar enfermería y por primera vez en mucho tiempo Nafti va a poder disponer de prácticamente toda la plantilla.