Trobianni: "Mi Elche jugaba de cine, teníamos un equipazo"
El argentino fue clave en el último triunfo franjiverde ante el Real Madrid, hace más de 42 años. El exdelantero recuerda aquella gran gesta con AS.
Marcelo Trobbiani (Santa Fe, 1955) es uno de los más grandes de la historia franjiverde, clave en el último triunfo franjiverde ante el Madrid. 'Mandrake', ahora director de las inferiores del Barcelona de Ecuador, seguirá desde Guayaquil este duelo. Con AS habla de aquel triunfo y del Elche de los argentinos, que se parece al actual de Almirón y Bragarnik.
Han pasado 42 años desde la última victoria del Elche al Madrid. ¿Cómo la recuerda?
Con añoranza. En esa época, el Elche era un equipazo. Entre los 60 y los 70, el Elche estuvo 16 temporadas en Primera División. Era un club muy respetado y el Madrid estaba acostumbrado a sufrir en Altabix. Aquel partido fue en el Nuevo Estadio, ahora Martínez Valero, y fuimos capaces de ganarles bien.
Aquel Madrid fue campeón y el Elche, descendió. ¿Cómo se explica?
No se puede. El Madrid venía de ver cómo el Atlético había sido campeón la campaña anterior y ese año estuvo muy fuerte con Miguel Ángel, Wolf, Isidro, Santillana, Juanito... ¡Madre mía, Juanito! Qué jugadorazo: rebelde, como me gustan a mí, un regateador con un carisma especial. En el Madrid no juega cualquiera. Pero el Elche también era bueno con Gómez Voglino, Montero, Félix, Gilberto, Boby Esteban... Jugábamos de cine y éramos una piña en el vestuario.
Aquel Elche recuerda al actual, con seis argentinos más el técnico, Roque Olsen. ¿Tan unida estaba esa familia?
Nos llamaban el Elche de los sudamericanos. Además de los argentinos (Voglino, Finarolli, Cortés, Insaurralde, Orellana y Trobbiani), estaba el hondureño Gilberto; los paraguayos Benítez y Montero; y el uruguayo Lorant. No era un problema. La gente de la casa era maravillosa: Casuco, Esteban, Campello, Félix, Antón... En el Elche era una tradición traer a jugadores de Sudamérica. En los 60 lo hizo con Esquitino el armenio Arturo Bogossian. Y una década después, mi gran presidente Manuel Martínez Valero, con Roberto Dale.
¿Qué aroma desprende este Elche con acento argentino?
Me gusta. Está bien trabajado. Almirón es un gran entrenador y lo está manejando genial, a pesar del poco tiempo que ha tenido y de que su presupuesto es el más bajo de Primera. Les vi ante Osasuna, con gol de mi compatriota Carrillo, y sufrí con ellos ese empate. Superar esta primera temporada, después del ascenso, tiene un valor capital.
¿Qué opina de Bragarnik?
Mi hijo Pablo trabajó con él en la primera plantilla de Defensa y Justicia al que encumbró en la elite. Fue algo histórico en Argentina. Es un tipo que sabe lo que hace porque maneja todas las aristas del fútbol. Me gusta y ojalá triunfe. Por su cabeza seguro que sólo está construir un club aún más grande. También está mi amigo Coqui (Raffo), que es uno de los mejores del mundo dirigiendo en las inferiores.
Todos comparten el dolor por el adiós de Maradona...
Sí, qué pena más grande. Aún siento dolor. Diego fue un personaje único. Se fue el mejor. Era mi amigo, juntos fuimos campeones en el 86, en México. Era el líder de la Selección, sabía transmitir lo que se debía sentir por nuestra camiseta. Y, además, que no lo dude nadie: era una buena persona. Tuvo problemas, enfermó, pero le recuerdo como alguien que siempre tiraba una mano si hacía falta.
Por último, ¿qué pronostica para este duelo?
Quiero que ganen los míos, por mis nietos Giovanni y Martina que están allá. Que el Elche gane al Real Madrid sería la mejor manera de terminar un año horrible en lo social, pero espectacular en lo deportivo.