El Llagostera, como el Espanyol, “sin miedo contra los imperios”
El rival de los pericos en la Copa es otra maravillosa minoría llevada al extremo. Con siete ascensos en 15 años y un primer título oficial hace dos semanas.
“Com a la història d’Astèrix i els gals, en un extrem de la Península, hi ha un poble que els té molt ben posats; contra els imperis no té por de lluitar” (Como en la historia de Astérix y los galos, en un extremo de la Península, hay un pueblo que los tiene bien puestos; contra los imperios no tiene miedo de luchar). Así de fuerte arranca el himno oficial del Llagostera, rival este miércoles en la Copa del Rey de un Espanyol al que se equipara en ese ánimo de Galia, de Maravillosa Minoría que comparten, pero llevado al extremo.
Para comenzar, cuenta Llagostera con solo 8.453 habitantes de los 193.908 que conforman la comarca del Gironès, donde se ubica, según datos del IDESCAT de 2019. Y un campo municipal de césped artificial con capacidad para 1.400 espectadores, aunque las restricciones sanitarias obviamente lo dejarán vacío en esta ocasión. Sin embargo, es mucho más que una población de entrada hacia la Costa Brava. Pese a sus limitaciones, y de la mano de Oriol Alsina como entrenador, y posteriormente también de Isabel Tarragó en la presidencia, ha conseguido siete ascensos –y dos descensos– en los últimos 15 años. Y hace diez días conquistó su primer título, la Copa Federación, dos meses después de merodear una Copa Catalunya que perdió en los penaltis frente al L’Hospitalet. A ver quién supera tantas emociones fuertes.
En Segunda Territorial se encontraba en 2005 el club, que en cuestión de seis años fue subiendo a Preferente, Primera Catalana, Tercera y Segunda B. Y en 2014, en una promoción que bien recordará Vicente Moreno porque le tocó sufrirlo al frente del Nàstic de Tarragona, alcanzó el legendario Llagostera la categoría de plata. No contento con ello, en la temporada 2014-15 acabó noveno, muy cerca de los puestos de playoff. Pero al año siguiente se impuso por primera vez la lógica ante los milagros y bajaron los de Alsina a Segunda B, para hacerlo a Tercera en 2018. Ni que decir tiene que un año tardaron en regresar, y ahí siguen.
Además de la presidenta y del entrenador, Pitu Comadevall es uno de esos históricos que ha vivido buena parte de esos hitos. A sus 37 años, precisamente en un amistoso ante el Espanyol B regresaba esta temporada a los terrenos de juego tras año y medio lesionado. Se trata de un superviviente de las dos veces que el Llagostera se ha enfrentado a equipos de Primera en la Copa del Rey, en 2012 al Valencia en el Municipal y en 2015 contra el Deportivo en Palamós.
Ahora no reciben los azulgrana a un Primera, sino a un Segunda circunstancial, y esta vez a partido único, por lo que la maravillosa minoría no renuncia a nada contra un equipo casi ‘hermano’ –a pesar de los colores–, como lo demuestran no solo los propios Tarragó y Alsina, sino la militancia actual de Marc Manchón, Marcos Pérez, Pere Martínez, Gil Muntadas, Genar Fornés y Pau Salvans, todos con pasado perico y los dos últimos, además, con futuro blanquiazul. “Com a la història d’Astèrix i els gals…”.