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COMPOSTELA - DEPORTIVO

Caneda: "A los 8 días de la pelea con Gil, fui a ficharle a Penev"

José María Caneda habló para As reviviendo los derbis entre Compos y Depor cuando él era presidente. Recuerda su relación con Jesús Gil y critica con dureza a Zidane.

Actualizado a
José María Caneda, expresidente del Compostela
S. REYDIARIO AS

Es inevitable hablar de un Compos - Depor como el que vuelve a celebrarse este domingo después de casi dos décadas, sin hablar de José María Caneda. El expresidente del club santiagués pertenecía a esa estirpe de presidentes carismáticos que tuvo mucho protagonismo en el fútbol español. Caneda recuerda aquellos derbis en la máxima categoría mano a mano con Lendoiro, al que elogia, su relación con Jesús Gil tras la sonada pelea y explica el poco valor que le da al papel de los entrenadores con una dura crítica a Zidane:

Vuelve a celebrarse un Compos - Depor, ¿qué es lo primero que se le pasa por la cabeza?

Pues que hemos tenido que hacer muy mal las cosas para estar en esta situación (en Segunda B). Creo que los dos últimos años del Deportivo fueron desastrosos en gestión y en todo. Con una afición tan grande era imposible imaginar que llegaría a esta situación. El Compos era más previsible. Porque cuando era mi equipo fue abatido. Se deshizo con millones de superávit. Los políticos lo quisieron coger para retomarlo y lo deshicieron, aunque no fue posible porque lo recuperé en los juzgados. El Depor estaba yendo bien, pero se equivocaron. Pensaron que Lendoiro era el mal de todo, pero Lendoiro era la solución. Él quería competir con los grandes y habría podido si se hubieran cumplido las normas que nos dimos en la Liga. Si quedabas entre los primeros ibas a cobrar como los primeros. Por eso apostó. Y ahí la liga le falló al Depor y a otros equipos.

¿Cómo era su relación con Lendoiro?

Siempre fue buenísima. Como un hermano en el mundo del deporte, siempre extraordinaria. Con el Depor siempre tuve buena relación. Con Lendoiro, quien tiene mala relación es porque no es buena persona.

¿Recuerda alguna anécdota? En A Coruña suele salir el nombre de Changui cuando se habla de ustedes

Alguna hay, pero son intimidades que no se deben contar (se ríe). La operación por Changui no la hizo Lendoiro. Es más, él no quería. Porque Lendoiro tenía vista y sabía que no era buena operación. Pero los técnicos le decían que era bueno y cuanto más lo querían, yo más le decía que el Celta también lo quería. Fui jugando mis bazas. Incluso alguno de los que venían a verlo me decía que llevaba varios partidos sin marcar y yo le decía, 'claro, es que venís a verlo y lo ponéis nervioso'... al final el tiempo me dio la razón.

El fútbol ha cambiado mucho, también en los despachos. Pocos presidentes carismáticos quedan ya como usted, el propio Lendoiro, Lopera...

Ahora hay más zorros. Van a la chita callando. Los presidentes ahora casi todos están financiados. Cobran todos de la liga de fútbol, es lo que hay. Y los que no cobran, hacen grandes negocios. Siempre hubo tres clases de presidentes: los forofos, los 'aparentones' y los lucrativos. Eso fue, es y será siempre así.

No quisiera yo olvidarme de Jesús Gil, ¿cómo quedó la relación tras aquella sonada pelea?

Mi amistad con Gil era buena antes de la pelea y fue mucho mejor después de la pelea. A los 8 días le fui a fichar a Penev y a Pirri Mori. Fui allí, al Manzanares. Me acuerdo que Gil estaba con su hijo y decía, '¡qué cara tiene este viniendo aquí!, y yo lo contesté, 'déjate de chorradas y paga un café'. Charlando entre nosotros incluso le venían las lágrimas a los ojos pensando en la tontería que habíamos hecho. Pero somos humanos y todos cometemos errores. Iban a hacer la presentación de Sacchi y en la conversación por Penev me pidió que bajara al campo a saludar a la gente, como a escenificar que hicimos las paces. Yo con esa gente, que te puedes pelear pero das media vuelta y te das un abrazo, me entiendo perfectamente. Con los zorros que nunca discuten pero están siempre al acecho... esos son los peligrosos.

En más de una ocasión ha manifestado que no le da demasiada importancia al papel de los entrenadores, en general ¿Por qué?

Así es. Porque los entrenadores son buenos en la medida que el conjunto y la organización sean buenos. Si los jugadores son buenos y el entrenador encaja las piezas, aporta. Si no las encaja... tenemos la experiencia con Zidane. El Madrid ganaba por plantilla, porque tenía a Cristiano y ganó la última Liga porque fue un desastre. Pero organizativamente en el equipo... no sabe. Un entrenador cualquiera nunca dejaría irse a Achraf, Reguilón ni Bale. Yo con Bale me hubiera ido a cenar 20 veces si hacía falta, hasta convencerlo y hacerlo el líder del grupo. El entrenador que sólo sabe apartar a los que no comulgan con él, no es bueno. Yo dudo mucho de la capacidad de Zidane como entrenador. No porque no sepa, sino porque hay que combinar la mano izquierda con ser duro. Si no tienes mano izquierda, ni eres duro... pasa lo que pasa. Deportivamente, el Madrid da asco estos días. Te pueden salir mejor o peor las cosas, pero la lucha, la intensidad... esas cosas tienen que tenerlas a la fuerza. Un entrenador te puede estropear un jugador. Ceballos, aunque no de titular, ¿no es un buen recambio para el Madrid? Lo bueno del equipo no es que tenga titulares buenos, es que los suplentes sean tan buenos como los titulares. El entrenador malo quiere sacarse los problemas de encima. Aquel que le haga sombra al jugador que a él le gusta, lo aparta o lo cede para tener disculpa. Cedes a Reguilón, triunfa en el Sevilla y, por no darle la razón, ¿te quedas con Marcelo y mandas a Reguilón a tomar por saco? Un entrenador de esos le hace mucho daño al Madrid porque le hace gastar mucho dinero.

Se llegó a decir que incluso baja al vestuario a dar instrucciones...

No, yo nunca bajé al vestuario. Yo cuando veía que un entrenador se equivocaba, se lo decía en una cena o en mi despacho. Le pedía que revisara sus notas, que no era correcto. Le daba mi opinión y él me daba la suya. Si me convencía, bien. Si no... Tengo corregido a muchos, porque había quien no me ponía a jugar a Ohen. Ahí sí le decía 'o lo pones, o hago yo la alineación'.

Hablando de técnicos, ¿qué diferencia ve entre 'su' Fernando Vázquez y el de ahora?

No mucha. Es el mismo. No ha cambiado, aunque tiene la veteranía que no tenía cuando yo lo firmé. Pero nada más. Es un buen profesor, eso sí. Pero claro, ves lo de este año... estaba a tres puntos de salvarse y faltaban seis partidos. Cuando estás así y el equipo no va... Y este año si piensan que lo van a llevar de calle (el grupo de Segunda B), están equivocados. El Salamanca no es un gran equipo y le complicó la vida. El Depor ganó de casualidad en el descuento.

¿Se queda con el 4-0 de San Lázaro o el 2-6 de Riazor?

Con el 4-0. Era el Deportivo con su mejor plantilla. Bebeto, Mauro Silva... estaban todos. Ganamos por velocidad, por creer que podíamos ganar. Además, cualquiera de mis jugadores era comparable a los del Depor. Passi no era inferior a Mauro, Lekumberri era buenísimo, a Fabiano no tenía el Depor uno como él... y nuestra delantera, Ohen-Penev... era extraordinaria. Pero no sólo vencimos al Depor. Al Celta, en los ocho partidos que jugamos en Primera, le ganamos siete. Eso habla del potencial que tenía el Compos. Hicimos 42 puntos en la primera vuelta. Luego varios se rompieron el cruzado, Nacho el tendón de Aquiles, pero si no hay esas lesiones habríamos jugado la Champions.