De Tomás, en el punto de partida
Tras un inicio apabullante, acumula el delantero 12 partidos sin marcar y a la expectativa del mercado, igual que cuando cambió el Benfica por el Espanyol.
"En Portugal no he estado bien, he perdido parte de mi esencia, pero con solo un día de estar aquí ya he recuperado todo lo que había perdido en seis meses". En su presentación como jugador del Espanyol hasta 2026, el pasado 9 de enero, Raúl de Tomás daba una de las claves de su rendimiento. Encontrar su hábitat.
No lo había conseguido en el Benfica, pero sí de entrada en un Espanyol que le generó el entorno más adecuado para que pudiera volver a explotar su especialidad: marcar goles. Hoy todo vuelve al punto de partida, a la casilla de salida, incluso en el sentido de que en cualquier momento puede aparecer una oferta que precipite un nuevo giro profesional.
Ocho meses después de su aterrizaje, RdT parece haber extraviado de nuevo la esencia. Esa que le llevó a contar por goles sus cinco primeros encuentros con la camiseta del Espanyol. A razón de uno cada 77 minutos. A colmar su autoestima y a devolver la fe a un conjunto perico que se amoldaba a su juego, a su calidad. Pero todo se detuvo ante el Mallorca, un 9 de febrero. Llegaron las molestias y reaparecieron las dudas. La pandemia acabó de romper el hechizo.
No volvió a marcar De Tomás en la reanudación, aquejado de una interminable tendinitis en la rodilla izquierda que es causa de muchos de sus problemas –de gol y de mercado–, como tampoco por ahora en el estreno del Espanyol en Segunda.
Ni contra el Albacete ni en el reencuentro con el Mallorca vio puerta. Apenas un remate desde fuera del área y 11 pases buenos en 84 minutos, el pasado domingo frente a los bermellones, además de visibles gestos al árbitro, a los rivales y a algún compañero por sentirse objeto de falta o por no recibir una asistencia. Protestas o recriminaciones que, como todo, pasan desapercibidas cuando los resultados acompañan, queman si la cosa se tuerce.
De más a menos, igual que hasta ahora en su periplo perico, fue su participación la última jornada en un encuentro que había empezado presionando muy arriba, corajudo. Vive demasiado lejos del área y no encuentra sociedades. Lo defendió Vicente Moreno en la sala de prensa, como no podía ser de otra manera. El Espanyol sí confía ciegamente en él, salvo que una irresistible oferta para todas las partes indique lo contrario.
Acumula un delantero como el madrileño –que le ha costado 22,5 millones al Espanyol y que aspiraba a disputar la Eurocopa antes de la suspensión de LaLiga– la friolera de 12 partidos, 875 minutos jugados, sin anotar un solo gol. Seis ha anotado desde que el Real Madrid lo traspasó al Benfica en agosto de 2019, por los 14 como contraste que hizo la temporada anterior en el Rayo Vallecano.
Está a tiempo lógicamente Raúl de Tomás de recuperar su mejor nivel. De asociarse más y mejor aunque sea a muchos metros de la portería rival, como bien demostró con éxito que sabía hacer de maravilla antes del estado de alarma. Antes de su tendinitis. Y de golear, su estatus natural. La gran incógnita es si lo hará en el Espanyol. Si recibirá alguna oferta satisfactoria para todas las partes. Si continuará en Segunda. Y si lo hará motivado. Con su esencia rezumando al máximo.