De Tomás es media vida
El gol del madrileño, que ha marcado en sus cinco partidos como perico, da tres puntos de oro al Espanyol, que iguala con un Mallorca que sigue provisionalmente marcando la permanencia.
Pregona el Espanyol que era preferible gastarse el dinero en el mercado de invierno a tener que hacerlo en Segunda. 20 millones invirtió Chen Yansheng en Raúl de Tomás, el fichaje más caro de su historia. Y el tiempo le está dando la razón al propietario perico, al tiempo que se lo quita al fútbol romántico. No hay partido en que el delantero no marque, y ya van cinco entre LaLiga y la Copa del Rey. Y el de hoy no valió tres puntos, sino seis, ante un Mallorca que sigue marcando la permanencia pero al que iguala a puntos.
Toneladas de tranquilizantes se hubieran repartido en Cornellà-El Prat (en la grada e incluso sobre el césped) en el primer tramo de encuentro de haberse instalado una farmacia en el estadio. Trepidante fue el arranque, como si en lugar de un duelo por la permanencia se disputase un partido que ganaba el que anotara cuanto antes el primer gol.
Pudieron inaugurar el marcador Darder, de espuela, y Budimir, noqueado por Cabrera. También Calleri, en un gol que salvó Reina, como Valjent antes de que De Tomás embocase a la red un pase de la muerte del ‘10’ perico. Tan agresivos eran los ataques como indolentes las defensas, como si manejaran una bomba de relojería a punto de estallar.
Pero el ‘summum’ de los nervios llegó con el penalti que señaló Mateu Lahoz sobre Budimir pero que el VAR, a cargo de Martínez Munuera, anuló porque antes había salido el balón por la línea de fondo. Lo celebró Cornellà casi como un ensayo para el gol propio.
Y llegaría merodeando la hora de partido, en un balón robado en la izquierda por Dídac, que centró para que Darder sirviera en bandeja a la testa del implacable De Tomás, que tuvo el 2-0 (que habría igualado el gol averaje particular) en una doble ocasión con Darder que desbarató Reina.
Manejó con cierta soltura la ventaja el Espanyol ante un Mallorca que perdió el control con el cambio del experico Salva Sevilla, aunque llegó a merodear el empate en la testa de Budimir. La primera de muchas finales que aguardan.