Los 11 talentos que vienen en la cantera del Real Valladolid
Julio Baptista entrenará la próxima temporada la mejor generación de canteranos desde la del 95, de la que salieron Calero, Anuar, Toni o Iván Alejo.
El final precipitado de la temporada en las categorías no profesionales ha interrumpido el desarrollo que estaba teniendo la cantera del Real Valladolid, al alza en los últimos años, especialmente a lo largo de esta última campaña, en la que tenía opciones, por primera vez en mucho tiempo, de contar con más de un jugador internacional en categorías inferiores, ya que, además de Slavy, otros dos, Aceves y Maroto, tenían opciones de ser citados por España.
Toca pasar página y mirar al futuro, algo que la dirección deportiva y la coordinación de la base han demostrado hacer ya anunciando esta semana la nueva estructura de técnicos, que tiene a Julio Baptista (Baraja al margen) como cabeza visible. En manos del brasileño, que afrontará su segundo año como entrenador y en la disciplina blanquivioleta, estará la generación del 2002, la mejor surgida de la cantera desde la nacida en 1995, en la que coincidieron Fernando Calero, Anuar Tuhami, Toni Villa e Iván Alejo, entre otros.
Jugando a esbozar una alineación de futbolistas potenciales desarrollados y presentes en Los Anexos en la actualidad, es fácil imaginar que Ronaldo estará contento, puesto que su interés, declarado en múltiples ocasiones, es el de potenciar el talento joven y propio, y en Zorrilla lo hay. Como resulta obvio pensar, resulta muy difícil pensar que 11 canteranos puedan llegar al primer equipo. No obstante, potencial sí hay como para pensar que se puedan repetir los éxitos de aquella generación del 95 antes mencionada.
En ese hipotético 11, Álvaro Aceves (2003) sería el guardameta. Ha sido una de las irrupciones de la temporada ya terminada, gracias a su determinación bajo los palos, a sus dotes de mando y a su juego de pies. Las lesiones de otros porteros provocaron una serie de ascensos en cadena que acabó dándole minutos en División de Honor, donde, a pesar de ser juvenil de primer año, creció y rindió a un nivel tan alto que entró en la prelista de España de cara a la Ronda Élite sub-17.
El lateral derecho está reservado para Iker Pérez (2002). Después de un primer curso de adaptación a la máxima categoría juvenil, ha rendido a un buen nivel en una posición en la que apenas lleva dos años, puesto que comenzó su adaptación desde el extremo el anterior, a las órdenes de Javi Baraja. El técnico lleva contando con él tres temporadas seguidas: lo tuvo en cadetes, le hizo estrenarse en División de Honor y propició su debut en Segunda B antes del parón. Con mucho 'motor' para subir la banda y una buena técnica, su punto a mejorar seguirá siendo la defensa, algo en lo que ya ha mejorado.
En la posición de central hay un apellido ilustre, el de David Torres (2003), hijo del que fuera capitán del Pucela, Javier Torres Gómez. Debutó con juveniles un año antes de su edad natural y ha sido uno de los seguros en la zaga del Juvenil B de Baptista, bajo cuyas órdenes debería estar de nuevo la próxima campaña. Cuenta con una salida de balón depurada que le permite comandar el inicio del juego desde atrás y, como de casta le viene al galgo, tiene galones, puesto que ya ha sido capitán de su generación.
Rayan Goes (2002) es uno de esos futbolistas a los que más le ha afectado la pandemia mundial, puesto que fue de los últimos en llegar. Brasileño, formado en las categorías inferiores del Cruzeiro, debutó en febrero y solo pudo acumular cuatro partidos, suficientes para que dejase entrever sus condiciones. Es valiente en la anticipación y potente en los esfuerzos cortos, lo que permite imaginar en él un central 'corrector' que, además, no elude las disputas ni el buen trato del balón. Nada más llegar firmó como profesional, de lo que se puede deducir su continuidad como blanquivioleta.
La próxima campaña será la última como juvenil de Álex Casado (2002), lateral izquierdo que también sabe lo que es trabajar a las órdenes de Baraja, puesto que ha sido parte de alguna de sus convocatorias en Segunda B este curso. Como Iker, es potente a la hora de cabalgar por la banda, y esforzado y pegajoso en la marca. Quizás su rendimiento ha tenido un pico menos alto que el de varios de sus compañeros, pero siempre ha sido regular, sostenido, influyente en el buen hacer defensivo y en la buena adaptación de Amoah, central ghanés que trabajará con el Promesas durante la preparación del playoff.
Con permiso de Iker Rodríguez (2002), mediocentro que llegó hace escasos meses procedente del Espanyol, el rol de '6' es para Miguel Sainz (2003), un jugador muy del gusto de Alberto Marcos, quien tiene muchas esperanzas puestas en él, y que lleva en el club desde alevines. En una posición tan importante como es la de centrocampista, el Real Valladolid tiene un buen puñado de futbolistas por desarrollar, entre ellos Miguel, un jugador ordenado, disciplinado y con buen inicio de jugada, que ha sido titular en los 22 partidos dirigidos por Baptista.
Indiscutible, en su caso con Ricardo López, ha sido Mario Maroto (2003), una de las joyas de la corona de Ronaldo. Empezó la temporada con apenas 15 años, lo que no le impidió ser el mejor del equipo contra todo un Real Madrid, por ejemplo. Fue la gran sorpresa de la División de Honor, en la que los blanquivioletas acabaron terceros, y preconvocado con España para una Ronda Élite en la que tenía muchas opciones de estar. De zurda excelsa para el golpeo directo o el balón parado, tiene sentido táctico y despliegue hasta la frontal del área. Tan precoz que resulta difícil imaginarle un techo.
Como Maroto y otros, Adrián Carrión (2002) apurará los últimos meses del curso con el Promesas. Adaptado a banda derecha esta campaña por exigencias el guión, recuerda en algunas cosas a Toni Villa: es menudo, lleva el balón cosido al pie e imagina regates que otros no ven. Hasta este año había jugado mucho por dentro, como mediapunta o incluso como '8', posiciones en las que participa mucho en el juego y mejora siempre la circulación. Cuando tiene el balón siempre sucede algo, aunque lo que pasa no siempre es en el área o muy cerca. Una de las bazas a jugar por Baptista será esa incidencia suya en el juego. Si la mejora, estará aprovechando al mayor talento técnico de la cantera.
Si esta temporada Aceves y Maroto han sido las irrupciones de primer año, Chuky (2004) podría serlo el año próximo. Ha marcado 21 goles en Cadete Regional y otro en su debut en Liga Nacional, compitiendo con jugadores tres años mayor que él. Como su sobrenombre indica, es un atacante 'diabólico', hiperactivo por detrás del punta, y con mucha capacidad para ver puerta. La presencia de jugadores tan goleadores como Popi (diez), Abel Calleja (diez) o Dani Díez (ocho) puede hacer que su sitio sea el que parece natural para él, el Juvenil B.
Estas dotes para hacer gol las han demostrado en División de Honor Jsús Torres (seis tantos, pese a las lesiones) o Guillermo Castrillejo 'Castri' (2002), que marcó nueve, que habrían sido más de no ser por la suspensión por el coronavirus. Aunque puede jugar también por dentro, el palentino actuó sobre todo en el extremo izquierdo, donde fue diferencial. Comenzó muy bien, a un nivel muy alto, convirtiéndose en el primer jugador de 2002 que debutó con el Promesas de Baraja, aunque su irrupción quedó un tanto oculta por la de Slavy. Muy potente y fuerte físicamente, debe mejorar en la toma de decisiones para que su torrente ofensivo sea más sostenido.
Cualquier delantera imaginable tiene un nombre propio claro: Borislav Ivaylov Stankov, más conocido como Slavy (2002). Desde que empezó a brillar, fue un habitual ver a las defensas rivales antes de los partidos mirando al internacional con la selección española sub-18 con esa sensación de que "un monstruo viene a verme". Los 18 goles que marcó (más uno con la selección) se quedaron cortos por la suspensión de un curso en el que acaparó la atención de grandes clubes de Europa. Es, a día de hoy, el mejor delantero centro nacional de su generación, según varios entrenadores rivales y otros expertos en la categoría, gracias a un físico imponente y a una calidad innata para el gol que no se recuerdan en Los Anexos.
Todo esto bien lo sabe el Real Valladolid, que se anticipó a cualquier posible eventualidad con su renovación hasta 2023. De hecho, esta es la línea marcada por la dirección deportiva, la de intentar anticiparse a la irrupción o el interés de terceros en los grandes talentos de una cantera al alza, en la que Ronaldo y su equipo tienen muchas expectativas y que contará en adelante con un factor creciente como es la mayor apuesta por la ocupación de la Residencia con plazas de rendimiento deportivo. Fruto de ella, pero no solo, seguirán creciendo en Los Anexos los futbolistas anteriores u otros como Faysel (central, 2004), Koke (2005, lateral derecho), Garri (lateral izquierdo, 2005), Toper (mediapunta, 2003) o Alexander (delantero, 2004), en los que hay también muchas esperanzas depositadas.