El Real Valladolid apuesta en firme por Los Anexos
El número de fichas profesionales ha ido en aumento en las últimas temporadas entre los futbolistas de la cantera. Jugar en Primera, factor clave.
Hace no tanto tiempo resultaba difícil que la apuesta del Real Valladolid por la cantera se pudiera trasladar al papel de una manera decidida. La economía de guerra acuciante años atrás y jugar en Segunda División eran algunas de las trabas que los regidores de la base se encontraban para asegurarse a los talentos de Los Anexos. Por suerte, esto ha cambiado en los últimos años.
Hace casi dos años, en mayo de 2018, el club anunció a bombo y platillo la renovación de siete futbolistas que descollaban en categorías inferiores. Estos acuerdos implicaban que los firmantes tuvieran ficha profesional, algo extraño hace no tanto, por ejemplo, cuando jugadores como Diego Altube (hoy tercer portero del Real Madrid) o Miguel de la Fuente asomaban como juveniles, después de brillar siendo cadetes.
Gracias al ascenso a Primera y la mejora de la economía, la dirección deportiva y la coordinación de la cantera pueden firmar hoy en una situación mejor, garantizándose a los mejores proyectos de futbolista. La voluntad de Ronaldo influye también: el presidente ha declarado en múltiples ocasiones que su deseo es sacar frutos de Los Anexos. Y en esas se está, ya sean jugadores que llevan una formación amplia y continuada en casa o recién llegados. Así, además de en el juvenil de División de Honor, buena parte del Juvenil B de Baptista tiene ya un contrato profesional firmado, como se puede comprobar a través del Sistema Fénix de la Federación de Castilla y León de Fútbol.
En este estamento constan las fichas 'P' de ocho jugadores, que desde el club se viene trabajando en aumentar, puesto que entre los que ostentan dichas licencias faltan algunos de los más firmes valores del equipo, tales como David Torres, capitán de dicho Juvenil B y uno de los futbolistas de mayor potencial del plantel. Entre esos ocho aparecen otros como él, de formación eminentemente blanquivioleta, y recién llegados como el brasileño Rayan o Iker González, uno de los últimos fichajes, ya con las miras puestas en su futuro en División de Honor.
La apuesta por lo autóctono se demuestra con el paso adelante fomentado de la generación del 2002 en División de Honor, propiciada por su rendimiento, y reforzada por futbolistas captados como Slavy, la gran joya de la corona, que firmó recientemente un nuevo contrato como blanquivioleta rechazando ofertas de grandes clubes de Europa como el Benfica, como el ghanés Amoah o como el brasileño Lucas Freitas. Más alejados de estos focos están jugadores como Dani Díez o Toper o cadetes como Faysel o Alexander Alemán, quienes han tenido ya minutos en categoría juvenil.
Con la temporada de todos ellos interrumpida, y con independencia de donde se encuentre el vivero de futbolistas, la dirección deportiva ha de seguir esbozando el Real Valladolid del futuro mientras la entidad mira de reojo al retraso de las obras en Pinar de Jalón, a donde estaba previsto que se mudara la cantera. Lo hará, tarde o temprano, si bien a día de hoy parece que no será en el momento previsto, casi a la voz de ya.