La última generación de Buñol
Con el proyecto de la Ciudad Deportiva de Nazaret en mente, la actual casa del Levante vive sus últimos años como vivero granota.
Desde que en septiembre de 2002 se colocara la primera piedra y fuese inaugurada en junio de 2003, la Ciudad Deportiva de Buñol es el vivero del Levante. Hasta entonces, sin un lugar fijo, la primera plantilla granota alternaba instalaciones para los entrenamientos semanales. Un fax avisaba a la prensa del lugar donde se llevaría a cabo la sesión. Una realidad no muy lejana en diversos clubes españoles. Imagínense los filiales. El del Levante, en este caso, se ejercitaba en la Malvarrosa.
Ahora, entre los proyectos futuros que afronta la entidad, se encuentra la Ciudad Deportiva de Nazaret; la vuelta al origen del conjunto de Orriols, que se reencontrará con sus raíces portuarias con una instalación pionera a pocos metros del centro de la ciudad. Lo que supondrá un salto de calidad por infraestructura y cercanía, uno de los grandes hándicaps de la actual Ciudad Deportiva.
Un plan que, a día de hoy, también está condicionado por la crisis del coronavirus, como ocurre con la primera fase de la reforma del estadio. El Ayuntamiento de Valencia se comprometió a aprobar el Plan Especial de la Zona Sur 1 del Puerto Valencia-Nazaret Este, donde está enmarcada la futura Ciudad Deportiva del Levante, a finales de abril tal y como avanzó Las Provincias. Sin embargo, la suspensión de los trámites administrativos por el estado de alarma obligan a esperar, al menos, un mes más.
El club asume que no podrá iniciar las obras hasta bien entrado el 2020, pese a que la idea inicial era comenzar los trámites a finales de 2019. La situación actual invita a la cautela. Con todo, en el interior de la provincia de Valencia, a unos 40 kilómetros de la ciudad, se cuece la última generación de Buñol.
"Olvidaos de los fichajes, pensad en canteranos y en cedidos", avisaba Javier Tebas en la reunión mantenida el pasado jueves con los clubes de LaLiga. La actual coyuntura en la industria del fútbol invita a apostar más por las escuelas, fuentes de talento y de ingresos económicos. El Levante, por circunstancias, ha sido un equipo propenso a echar mano del ‘B’ cuando las cosas se han puesto feas. Especialmente acuciante fue el verano de 2008 con tan sólo tres jugadores del primer equipo en los primeros días de la concentración de Oliva con el club en pleno concurso de acreedores.
Sin ir más lejos, Vicente Iborra, canterano por antonomasia de Buñol, asaltó el primer equipo en un momento de dificultad y, tras seis temporadas de éxito, fue una de las ventas más lucrativas del club por seis millones de euros. No obstante, es una tendencia que ha ido a menos en los últimos años.
En la actualidad, dos de los estandartes del club, José Luis Morales y Roger Martí, pasaron por el filial, pese a no ceñirse a la definición de canterano al uso. Para eso también están los filiales. El ‘Comandante’ es el jugador con más partidos (170) y más goles (34) en Primera División. El ‘Pistolero’, por su parte, es el máximo goleador granota en el Siglo XXI en todas las categorías y el tercer máximo goleador histórico, a un gol de Vicente Latorre (51) y José Paredes (68). Palabras mayores.
Iván López es la otra cara de la moneda. Canterano que lo prometía todo, internacional por España en las inferiores y demostrando buenas maneras en el primer equipo desde su debut, las lesiones han frenado su potencial. Esta temporada ha vuelto a pasar por quirófano por culpa de la rodilla, la tercer operación en los últimos tres cursos. Un auténtico calvario. El 30 de junio, el lateral finaliza contrato.
Con la llegada de Paco López, técnico que pasó por el filial antes de dar el salto al primer equipo tras la destitución de Juan Ramón López Muñiz, se quiere reforzar la apuesta. Por el momento, cinco han sido los jugadores a los que ha dado la alternativa en la élite: Aly Abeid, Fran Manzanara, Pablo Martínez, Eliseo Falcón y Gonzalo Pereira.
La próxima temporada las esperanzas recaen en Pepelu o Dani Cárdenas. Dos jugadores que sí que han quemado etapas en el seno de la entidad. Habrá que ver la decisión que se toma con ellos, pero ya formarán parte de los ‘mayores’. También en Pablo Martínez, una de las gratas sorpresas del curso desde el filial, que ha disputado hasta cinco encuentros con la primera plantilla. Primera plantilla o cesión son sus destinos.
El centrocampista díanense, que la ha roto en Portugal, es el segundo jugador más joven en debutar con el primer equipo. El que más de la generación de Buñol con 17 años. Es Vicente Rodríguez, con 16 años, quien mantiene el récord de precocidad. El guardameta, recientemente renovado, ha entrado en nueve convocatorias este año. Aún no ha debutado.
Nombres como Alejandro Blesa, Toni Herrero o Joan Gallego, internacionales en las categorías inferiores de la Selección, vienen pisando fuerte. Alejandro Cantero ya ha coqueteado con el primer equipo, siendo reclutado esta pretemporada por Paco López. También se forman proyectos internacionales, como el australiano Isaac Danzo o el ruso Edgar Sevikyan.
En los ya casi 17 años de Buñol, unos han pasado de forma testimonial por el primer equipo, colaborando en momentos puntuales, mientras que otros se han asentado en el grupo y han asaltado el fútbol profesional. Algunos, incluso, están a la altura de las leyendas. Con el proyecto de Nazaret todavía por abordar, todavía le queda margen para seguir produciendo talento.
La duda es qué hacer con los terrenos de Buñol, comprados por la entidad en 2002 y que cesarán su actividad cuando la nueva Ciudad Deportiva sea una realidad. A no ser que se encuentre una solución. Todavía hay margen. En la actualidad, está parada a causa de la pandemia.