La Liga tayika no tiene VAR, pero sí nevera para sus árbitros

Contamos en La Resistencia de Tayikistán el pasado domingo la aparición del Leicester de la competición, el humilde Khatlon, que perdió dos puntos en el minuto 95 después de que el colegiado del encuentro, Nasrullo Kabirov, pitara un penalti más que dudoso y expulsara 10 minutos antes a Sharipov por una amarilla también más que dudosa. En el fútbol tayiko no hay VAR, pero sus comités sí tienen nevera con tanto frío como el pico más alto de la cordillera de Pamir, el Ismail Samani con 7.495 metros. Después de las quejas del Khatlon, el Comité de Árbitros de Tayikistán revisó las dos acciones polémicas del partido. Tras la sesión de rearbitraje se comunicaron dos decisiones: “El penalti no hubo nada que objetar. Pero en la acción que propició la segunda fue una decisión incorrecta”. Por tanto, según anunció la Federación del país, Kabirov será suspendido para las próximas dos jornadas.

Esa decisión marcó la tercera jornada de Liga en Tayikistán que ha finalizado hoy con el Kuktosh 1- Khujand 1 (se jugó a las 15:00 hora española). En total se han disputado 15 partidos en las tres jornadas del campeonato, que arrancó el 4 de abril de 2020 con la Supercopa del país y que se llevó el Istiklol ante el Khujand (2-1). La peculiaridad de esta Liga, que arrancó su fútbol a puerta cerrada y en plena pandemia del COVID-19, es que este país no ha reportado aún ningún caso de coronavirus en sus nueve millones de habitantes, pese a que sea uno de los países más pobres del mundo y una de sus fronteras colinde con China (además de Uzbekistán, Afganistán y Kazajistán). El Khujand volvió a jugar en el estadio nacional de Pamir, ubicado en Dusambé, pese a que el Kuktosh pertenece a Rudaki (50 kilómetros al sur de la capital). Muchos de los 15 partidos de la competición se han disputado en este campo porque es el que posee las mejores condiciones, pese a que muchos equipos visten casi siempre igual: rojo contra azul con equipaciones Joma. Los árbitros, por cierto, con la también española Kelme. Puede tener uno la sensación el espectador de que son siempre los mismos jugadores, porque el escenario muchas veces no cambia al no haber público y ser siempre el mismo estadio, pero no es así. Como anécdota, el Kuktosh alertaba ayer en sus redes sociales que no iban a poder completar la convocatoria con 18 jugadores: “No trabajamos para dar probabilidades u onces a las casas de apuestas”. No sólo el interés se ha despertado en España sino también en muchos rincones del mundo porque es una de las cinco ligas que siguen en juego (las apuestas provienen, en este caso, del mercado indio y ruso).

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Pero en La Resistencia Tayikistán lo que nos mueve es un puro interés futbolístico. Nada más. Eso y descubrir un país lejano que no sabíamos ubicar en el mapa. Ya saben, lo de viajar imaginariamente desde casa. Decíamos que en los prolegómenos del partido hubo desfile, como si se tratase de un partido de Champions, tal y como nos avisó por Twitter @iamdanielmd. También veíamos en un túnel de vestuarios con fondo persa a nuestro querido Ikromov, el portero uzbeko de 37 años y del que @juanmacorre fundó una peña desde que le vio el primer día. El capitán del Khujand, Bozorov, parecía estar diciéndole a Ikromov: “Niño, lúcete que nos ven en toda España”. En honor a la verdad, el partido hasta el minuto 41 no tuvo el ritmo y la emoción que vimos en otros de Tayikistán. Sus jugadores están empezando la presión de que todo el mundo les mira. Tal vez por eso, Rasulov, del Kuktosh, nos dejó lo mejor de la primera parte y posiblemente del día. Un derechazo con efecto. ¿Golazo o Ikromov pudo hacer algo más”. “Dudo. Hay tomas en las que le daría el Puskas y otras en las que esa mano parece de mantequilla. Necesito el VAR”, nos apuntaba nuestro compañero Sergio López.

La segunda mitad se animó desde el 51’, con el empate del internacional tayiko Fatkhuloev. Un bonito tanto también. Fusiló a la escuadra con la derecha desde el interior del área. Parecía que el Barça de Tayikistán, el Khujand (el Madrid, siguiendo el paralelismo, es el Istiklol), iba a darle la vuelta al partido. Buscó en todo momento ese segundo tanto. El técnico, Nikola Lazarevic, introdujo también al gigantón uzbeko Sidorov, pero en el partido no hubo más que amarillas y amagos de pelea, que el árbitro en esta ocasión sí estuvo acertado en dialogar y buscar el constante diálogo. Los jugadores no estaban dando mucho espectáculo y el colegiado, Sayodjon Zayniddinov, ayudó para que el espectáculo no fuera a peor. El central ghanés, Arthur, de 23 años, y el portero Boboev, sobre todo, tras una manopla en la escuadra que envió de falta Fathuloev en el 95, permitieron al Kuktosh acabar la jornada en la cuarta plaza y agravar la crisis del Khujand.