ESPANYOL

El doctor Martorell y los 75 años de su último derbi

El 8 de abril de 1945, el Espanyol empató ante el Barcelona en el estadio de Montjuïc en el último derbi de uno de sus porteros más icónicos.

ARCHIVO AS.

Congelado el futuro del Espanyol y repetitivo el presente, el pasado siempre aporta historias que recordar. Tal día como hoy de hace 75 años, el conjunto blanquiazul sumó su segundo punto jugando en el estadio de Montjuïc antes de que el recinto, ya olímpico, se convirtiera en su casa desde 1997 a 2009. Un partido ante el Barcelona que supuso el último derbi de Alberto Martorell, uno de los grandes porteros de la historia del club, internacional, ‘sportsmen’ y médico, quien, seguramente, si se pudiese transportar a nuestros días, estaría en un hospital ayudando a los sanitarios por la emergencia del Covid-19.

Los derbis después de la postguerra levantaban tanta expectación que Sarrià se quedaba pequeño (la capacidad era de 15.000 espectadores). Por eso mismo, hasta en tres ocasiones el Espanyol trasladó ese encuentro a Montjuïc, un estadio construido en 1929 con motivo de la Exposición Universal de Barcelona y que ya había albergado un partido en la segunda edición de LaLiga ante la Real Sociedad (1-1) para promocionar un recinto que, aquel momento y durante muchos años, fue el segundo estadio con más capacidad de Europa (62.000) por detrás de Wembley (74.000).

Montjuïc vio un encuentro equilibrado entre un Espanyol que se adelantó con gol de Ortiz y un Barcelona que empató por medio de Gonzalvo III. Pero el protagonista estaba en la portería. Alberto Martorell ya había declarado que esa sería su última temporada para entregarse en cuerpo y alma a la Medicina. Nadie logró que cambiara de opinión por mucho que prosiguió como directivo e incluso jugó, en diciembre de 1946, un último partido ante el Nàstic a modo de despedida. Puso así fin a una de las grandes historias del club, como recordaba el historiador Jordi Puyaltó.

Fútbol, rugby, hockey... y Medicina

Martorell nació en Madrid en 1916 porque su padre, militar, tuvo que trasladarse a la capital por motivos laborales. A los dos años ya regresó a Barcelona y empezó a destacar en el deporte gracias a su hermano Vicente. Con mucha destreza, Martorell actuó de delantero hasta que un buen día, jugando en el Europa de adolescente, tuvo que ponerse los guantes por la expulsión del meta titular. No desentonó y empezó a compaginar ambas posiciones en la Peña Saprissa, semillero del Espanyol, bajo la tutela de Luis Gamito, apodado Pasabalón.

Alberto Martorell.ARCHIVO: JORDI PUYALTÓ.

La Guerra Civil (1936-39) cortó su carrera. Debutó en el primer equipo en el Campeonato de Catalunya de 1933, con 17 años, pero su debut oficial no se produjo hasta la campaña 1939-40. Entre medio, alternó sus éxitos deportivos con su carrera de Medicina y su activa participación en la Guerra Civil: acudía al Hospital Clínico de Barcelona junto a su hermano Fernando para curar a los heridos. Martorell fue campeón de España de rugby con el SEU jugando de tres cuartos, y también ganó el Campeonato de Catalunya y de España con el equipo de la Facultad de Medicina de hockey hierba. Jugó 123 partidos en el Espanyol y fue internacional en cuatro ocasiones.

Uno de los fundadores de la Angiología

El 25 de noviembre de 2011, a la edad de 95 años, Martorell falleció. Días después, la revista angiológica (enfermedades cardiovasculares) Elsevier rescataba su figura como médico. “Una vez finalizada la guerra se convirtió en el colaborador más estrecho de su hermano en el apasionante proceso de la creación de la nueva especialidad médica Angiología y sus consecuencias derivadas, como fueron la fundación de una revista, de una sociedad científica, de un departamento asistencial, de unos congresos o jornadas angiológicas españolas y de unos cursos de formación de especialistas”, relata.

En 1951, su hermano presidió en Atlantic City el primer congreso internacional de la Angiología, una rama que había aceptado la comunidad científica. Alberto Martorell era uno de los precursores. “El 7 de julio de 1959 se constituyó en Barcelona la Sociedad Española de Angiología por iniciativa de Alberto Martorell, José M. Zaldua y Francisco Gutiérrez Vallejo, y en enero de 1949 se publicó el primer número de la revista Angiología, figurando como redactores: Alberto Martorell, J. Valls-Serra, L. Oller-Crosiet, Víctor Salleras y Tomás Alonso”, detalla.

De las ideas de Martorell bebieron infinidad de médicos, formados por unas manos que años antes llegaron a defender la meta de la Selección. Sus hijos, de hecho, también se han dedicado a su misma especialidad. Lo de menos en la vida de Martorell, en estos tiempos que corren, es que fue un gran portero.

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