ATLÉTICO

Ve la luz un documental inédito de Futre grabado hace 16 años

Con declaraciones de Luis, Cruyff, Mourinho, Torres, Figo o Raúl, entonces no se comercializó. Recorre su vida y carrera, desde Montijo a su último gol, en una hora catorce minutos.

Madrid

"Uno de los mejores recuerdos de mi infancia. Así empieza el documental de mi padre". Con estas palabras, el hijo mayor de Paulo Futre, Paulo Jr. alzaba el telón en su cuenta de Instagram (@futremendo) una joya que emocionará a todos los atléticos: un documental sobre la figura de su padre, que repasa toda su carrera, grabado en 2004 pero que entonces no vio la luz. "Justo hoy en cuarentena le convencí", continúa escribiendo Paulo, "para publicarlo para que la gente pueda entretenerse un poco", apostilla. El link, en su biografía de su perfil de Instagramlleva al documental de una hora catorce minutos de duración que es un viaje al pasado. Al fútbol de antes, el Calderón de los asientos corridos de cemento, el fondo sur sube y baja, ese grito, paulo-paulo-fu-tre-fu-tre,  emocionante, mucho. Todo comienza con ese momento, el que es uno de los mejores recuerdos de su infancia. 19 de enero de 1997, la entrega de la insignia de oro y diamantes del Atlético a su padre por parte de "su padrino", don Jesús Gil

Mourinho, en el documental sobre Futre.

Un documental en el que la propia música de Queen sirve como hilo conductor, desde el nacimiento de Paulo Jorge Dos Santos Futre en Montijo, Portugal, el 28 de febrero de 1966. Con imágenes de todo y el relato de quienes le conocieron, ayudaron, acompañaron, fueron sus rivales. Desde Aurelio Pereira, su descubridor, también de Cristiano Ronaldo años después, a Figo y Mourinho pasando por Luis Aragonés, Cruyff y un Raúl que reconoce que Futre era su "ídolo". 

Raúl, en el documental sobre Futre.

De chapista en un taller de coches a ídolo en el mundo

Todos coinciden en algo: ese chico desgarbado, de pelo moreno largo, incontenible, fue el que abrió las puertas al extranjero a todos los demás en el fútbol portugués, aquel que tardaba dos horas y media en trasladarse de Montijo a Lisboa, para entrenar en el Sporting, y traía malas notas, por lo que su padre le introdujo en el mercado laboral: chapista, en un taller de coches, sus fotos de 13 años en blanco y negro, con la cara llena de grasa, con la llave inglesa, en los bajos de un coche lo atestiguan. Pero Paulo amaba el fútbol, la pelota. Lo cuenta Rui Costa. Lo dice Aurelio Pereira. Arthur Costa. Está en todos los vídeos, Futre pegado a la cal, relampagueante, indetectable, quitándose rivales de encima como si fueran pelusillas sobre los hombros. Su pase al Oporto, la final de la Champions ante el Bayern, el fichaje por el Atlético, su apellido en la grada, cada vez más rugido, aquel gol a Buyo en la Copa del Rey

El Rey don Juan Carlos entregándole la Copa a Futre.

"Siempre trate de buscarle para los equipos en los que estuve, un futbolista diferente, atípico", reconoce Johan Cruyff en el documental. "La llegada de Futre al Oporto marca el futuro del Oporto y del fútbol portugués", asevera un joven Mourinho que más tarde también destacaba que "no es fácil que un jugador del Atlético sea amado en toda España". "Paulo Futre era una amenaza para el Madrid", aduce Michael Robinson. "Uno de los mejores extremos del mundo, con Gento", en palabra de Luis. "Un referente y una leyenda", palabra de Torres. Y de esa grada que se ha mudado, que abandonó la orilla del río con rumbo a Canillejas, pero en la maleta se llevó su nombre. Pau-lo, pau-lo, fu-tre, fu-tre, tan alta como aquel 19 de enero de 1997.

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