La intrahistoria
Gil le ‘robó’ a Futre al equipo portista y ganó las elecciones
Le fichó por 400 millones de pesetas en 1987. El portugués fue presentado a bombo y platillo: Gil alquiló un avión privado para traerlo y lo presentó en la discoteca Jácara.
Uno de los casos más sonados entre el Atlético y el Oporto fue el fichaje de Futre en 1987. El 24 de marzo de ese año Vicente Calderón había fallecido y el 26 de junio se celebraron elecciones a la presidencia rojiblanca. Uno de los candidatos a ocupar el cargo era Jesús Gil. Los otros tres: Agustín Cotorruelo, Enrique Sánchez de León y Salvador Santos Campano. Sin embargo, el de El Burgo de Osma quiso dar un giro inesperado a las votaciones justo dos días antes de que se celebrasen.
Jesús Gil fichó a Futre. El extremo portugués era una de las sensaciones del continente después de haber ganado la Copa de Europa con el Oporto y llegó al Atlético sólo justo dos días antes de que se produjeran los comicios. En una operación relámpago, Gil fue junto a Rubén Cano en un avión privado, que costó dos millones de pesetas, a Oporto para negociar con el club blanquiazul. La rapidez fue clave ya que el Inter también estaba detrás del jugador. Tras el acuerdo con el club, el avión se dirigió a Milán, donde Futre estaba disputando el Mundialito de Clubes con el Oporto. Allí, se cerró todo con el jugador. El que fuera presidente pagó 400 millones de pesetas al Oporto por su estrella y le puso un sueldo de 110 millones al futbolista, además de un porsche amarillo con que el regresó a Portugal para recoger sus cosas.
Así se inició el gran golpe de efecto que alzaría a Gil al máximo cargo de la entidad rojiblanca. Tras cerrar la contratación, viajaron a Madrid y, al llegar a la capital de España, Gil se llevó al futbolista para presentarle ante la sociedad rojiblanca a la discoteca Jácara, donde 3.000 simpatizantes del soriano celebraban una fiesta-mítin. Con este traspaso, Gil obtuvo 6.219 por los 3.465 que consiguió el segundo, Sánchez de León.
Además de la marcha del astro portugués, los aficionados del Oporto tuvieron que ver cómo, años más tarde, dos jugadores muy apreciados se iban al Calderón. Assunçao se acogió a la sentencia Webster para salir por sólo 600.000 euros. En O Dragao se le tachó de traidor. Igual que a Falcao, por quien el Atleti pagó 45 millones de euros. Pasó de ser un ídolo a marcharse al Atleti.