Un Clásico para Vinicius y Ansu

No es el Clásico, ni mucho menos, un partido corriente. Lo sabe cualquiera y especialmente Vinicius (19 años), que de niño en Brasil ya le echaba un ojo al partido que todos quieren jugar. Él soñó hacerlo vestido de blanco, al punto de que, cuando el Barça intentó ficharle a sabiendas de que el Madrid tenía muy encarrilada la firma, se mantuvo en el camino que había elegido y no le importó por ello ni perder dinero.

La temporada pasada sintió en sus carnes el seísmo que genera un Clásico. Se perdió el primero porque Lopetegui, después de que el club recurriese con éxito su expulsión en un Celta B-Castilla, no le utilizó. El Madrid perdió el encuentro (5-1) y el técnico, su puesto. La llegada de Solari cambió la película, con Vinicius de protagonista.

En menos de un mes, con galones de titular, el carioca se estrenó con tres Clásicos. Por él se acercó el Madrid a la final de Copa y a seguir luchando por la Liga, pero la falta de puntería dejó sus actuaciones en fuegos artificiales. Incordio constante, en la ida copera en el Camp Nou (1-1) fue el jugador que más faltas recibió (3); en la vuelta (0-3), el que más ocasiones creó (5) y más regates completó (5); en Liga ningún compañero centró más veces (6) que él, ni generó más ocasiones (3), ni recibió más faltas (3). Esa catarata de estadísticas fue su tarjeta de presentación, con sólo 18 años, en las alturas.

Ahora, con los niveles de confianza rebosantes, Hazard lesionado, Rodrygo sancionado, Bale intentando reencontrarse por fin o James fuera de plano, Vinicius apunta a titular en otro Clásico. Lo fue en la noche más gorda de lo que va de temporada, el miércoles en la visita del Manchester City en Champions, y el equipo le confió a su verticalidad buena parte de sus opciones. Muy sacrificado en defensa y de menos a más en ataque, acabó asistiendo a Isco en el 1-0. El Madrid casi terminó con su sustitución, agotado y acalambrado. Pero Vini, hoy, en su cuarto Clásico con minutos, está de vuelta.

Ansu esperará en el banquillo

Cuatro goles en LaLiga, uno en la Champions, 22 partidos disputados en una temporada en la que ha batido récords como el de ser el más joven en marcar un gol con el Barcelona en la Liga así como en Champions, ser el autor más joven de un doblete en la Liga no le aseguran a Ansu Fati la titularidad en el Bernabéu.

La llegada de Braithwaite y la apuesta de Setién por Arturo Vidal como falso delantero en los dos últimos partidos ha eclipsado el papel del jovencísimo jugador blaugrana, que en Nápoles sólo jugó tres minutos después de que en el partido contra el Eibar no disputara ni uno. Lo mismo que le pasó ante el Betis quince días antes.

Tal y como pasaba con Valverde, la consigna con Ansu está muy clara: calma y protección. A pesar de ser un jugador desequilibrante y diferente, en el cuerpo técnico blaugrana no olvidan que el extremo tiene sólo 17 años recién cumplidos y no quieren quemarle. De hecho, ya se ha perdido más de un entrenamiento porque a la intensidad de los partidos de la máxima categoría se une el hecho de que está en edad de crecimiento y que debe descansar más que sus compañeros ante el riesgo de lesiones.

Ansu ya sabe lo que es jugar un Clásico porque disputó en el partido de la primera vuelta siete minutos de partido. Su descaro que tanto agrada a Messi puede ser un argumento para que Setién se la jugase con él en un partido en el que se le demanda al técnico ser atrevido, pero parece que de momento la carta de Ansu va a ser la de revolucionar los partidos en el tramo final. De hecho, en el plan previsto de Setién para el Bernabéu estaba la idea de jugar con Sergi Roberto como un cuarto centrocampista.