YOUTH LEAGUE | REAL MADRID 2- GALATASARAY 4
El Madrid se distrae ante el Galatasaray y aplaza el pase
El equipo de Poyatos se relajó más de la cuenta y perdió contra la cenicienta del grupo. El tercer gol fue una cadena de errores y los dos primeros llegaron de penalti.
El Real Madrid se ha quedado frío en el Alfredo Di Stéfano. El Juvenil, que afrontaba el partido como una oportunidad para sellar matemáticamente el pase a la siguiente fase, perdió ante el Galatasaray en una cadena de errores y con preocupantes síntomas de relajación tras el gran arranque de temporada. Así es. El equipo de Dani Poyatos encajó más goles en un duelo que en los once últimos y sumó la primera derrota de la 2019-20. Un día para olvidar, que no eclipsa un inicio alentador.
Se las prometía muy felices el equipo de Poyatos cuando nada más arrancar el partido, Armenteros festejaba junto a sus compañeros el primer tanto. Baeza le puso un gran balón al central que, de cabeza, confirmaba que en el Juvenil los partidos se transformaban en alegrías y efectividad. Sin embargo, el evidente riesgo de adelantarse pronto en el electrónico se le atragantó al Madrid, que se ofuscó y bajó el ritmo de juego.
Así, llegó el tanto del empate de Suleyman Lus, que transformó un penalti cometido por Xavi Sintes. Mientras, desde París llegaban grandes noticias: el PSG sucumbía ante el Brujas y, por tanto, el empate le valía a los locales para asegurar su presencia, al menos, en dieciseisavos de final. Un respiro al descanso, ya que el resultado valía y todavía quedaban 45 minutos para imponer la ley que les había llevado a sumar un pleno de puntos hasta el momento.
Nada más arrancar el segundo tiempo, Latasa avisaba con un disparo que se marchaba por poco, si bien minutos después se demostró que la charla de Dani Poyatos no había hecho mella en los mirlos. Primero fue Pablo Ramón el que cometió un grave error en la salida, que subsanó Luis López con una gran parada ante Yildrim en el mano a mano. Después, Armenteros, que derribó a Akgun con una zancadilla temeraria dentro del área. No falló el mediapunta desde los once metros, ante la incredulidad del público del Di Stéfano.
La cenicienta del grupo estaba pudiendo con el Real Madrid, que no tardó en reaccionar como la ocasión merecía. Baeza dio el primer aviso con un zapatazo desde fuera bien repelido por Balaban. Pero algo le seguía faltando a Poyatos, que dio entrada a Aparicio y Arribas por Park y Jordi. Su lectura tuvo algo que ver en que Miguel Gutiérrez colocase en la escuadra un estético disparo desde la frontal. 2-2, con media hora por delante. No había motivos para la desconfianza.
Sin embargo, los blancos no encontraban sensaciones y dejaron al rival seguir llegando, aunque sin demasiado peligro. Poyatos volvió a mover el banquillo y la entrada de Pablo Rodríguez revolucionó, al menos en los primeros instantes, lo que sucedía sobre el césped. Se le vio permutar por las dos bandas y desde la derecha llegó una clarísima oportunidad para haber sumado los tres puntos. El recién incorporado regaló un balón atrás a Latasa, que erró casi a puerta vacía. Sería el delantero el que tendría la siguiente, con un cabezazo desviado.
Parecía más cerca el 3-2 que el 2-3, pero en el fútbol el verbo parecer no aparece en el diccionario. Sergio Santos, omnipresente en ataque, no se entendió con Ramón Parra y entre los dos regalaron un remate franco a Yildrim, que no perdonada. Sí, así es. El Juvenil había encajado en once partidos los mismos goles, pero aún había tiempo para otro disgustos. Arslan, de cabeza, sentenció a la salida de un córner. Un marcador de 2-4 o, lo que es lo mismo, un borrón que avisa a los chicos de Poyatos: en Europa, los errores se pagan caro.