Fekir: mucho ruido, pocas nueces
El atacante, del que se sigue esperando mucho más en el Villamarín, es el segundo jugador de toda Europa que más faltas recibe. La mayoría, muy lejos del área.
Nabil Fekir llegó al Benito Villamarín como fichaje estrella y que subsanaba, en cierta manera, la marcha de Lo Celso. Incluso José Miguel López Catalán, vicepresidente del Betis, elogió la contratación: "Puede ser del mismo nivel o mejor. Es un jugador que tiene un gran impacto en ataque". Nada más lejos de la realidad, diez jornadas después, el rendimiento del futbolista francés es algo decepcionante y se sigue esperando mucho más de él.
No obstante, la estadística habla de que, de alguna forma, infunde respeto a los rivales. Tal y como informa Fran Martínez en Twitter, Fekir es el segundo jugador que más faltas recibe de las cinco grandes ligas, con un total de 39. Se perdió dos partidos por lesión, pero, aun así, corona la clasificación en LaLiga Santander. Visto lo visto, parece que la única manera de parar al atacante es con infracción de reglamento, pero ¿cuáles son las causas futbolísticas de este registro?
Es innegable que el hecho de que reciba faltas habla de su capacidad de desborde, pero esta no está siendo del todo efectiva. Fekir acostumbra a bajar muy abajo a recibir, con el fin de desatascar el ataque verdiblanco. Una vez coge el balón, hace largas conducciones, tratando de ganar espacio en campo rival. Es entonces cuando acaba perdiendo la pelota o recibiendo falta del oponente. Libre directo que no acarrea ningún peligro y que apenas fuerza cartulinas amarillas. Si funciona su internada, el equipo gana menos de lo que pierde si no es el caso. Demasiado riesgo.
El impacto de Fekir, en estadística avanzada
El portal Understat recoge la calidad ofensiva de los futbolistas de las cinco grandes ligas, en base a su capacidad de generar ocasiones de peligro propias de posibles goles. Como ejemplo modelo, Benzema consigue una media de 0,53 posibilidades claras de marcar cada 90 minutos o Gerard Moreno, 0,50. De Fekir, que juega más retrasado, no se espera llegar a esa cantidad, pero sí superar las 0,16 que fuerza actualmente.
Incluso es un dato algo engañoso, ya que no ha llegado al 0,10 (se mide todo: posición, ángulo, rivales alrededor, perfil de disparo...) en los cinco últimos partidos. Ante el Leganés, en su mejor día, forzó 0,53 y consiguió marcar uno de sus dos únicos tantos en el campeonato nacional liguero. En el portal, se concreta cada una de sus oportunidades y el grado de calidad en base a los parámetros anteriormente expuestos.
Todo ello habla de que no se está sintiendo cómodo cerca de la portería y que está buscando insistentemente jugar incrustado en la medular para ganar fluidez en el fútbol verdiblanco. Intención buena, a todas luces, si bien no está funcionando como él busca, dando a su esfuerzo un perfil más individualista y que piensa menos en el bloque. La guerra por su cuenta, por el momento, sigue necesitando un escuadrón de soldados.
Loren, Fekir y Borja, un riesgo evidente
Con Loren en plena forma y como uno de los máximos goleadores en lo que va de campeonato, resulta difícil desplazarle del once titular. Sin embargo, juntarle con Fekir y Borja Iglesias acarrea un importante riesgo defensivo. Más sin William Carvalho, eje verdiblanco, que hacía esfuerzos innegociables en la recuperación. Por el momento, en los ratos que los tres de arriba han coincidido, no han funcionado. Las conclusiones fueron que el equipo seguía sin asfixiar al rival en tres cuartos, a la par que se cedían más espacios atrás.
Alerta amarilla para Fekir
A pesar de que intenta liberarse de trabajo defensivo, Fekir ya suma cuatro cartulinas amarillas y corre riesgo de poder perderse partidos como el del Santiago Bernabéu o el derbi ante el Sevilla. En el dato expuesto anteriormente se explica esto. El francés juega algo acelerado y es habitual verle protestar aireadamente al colegiado tras recibir contactos del rival. Rubi tiene trabajo psicológico con él. No obstante, su baja sería capital: es un jugador con el suficiente potencial como para desequilibrar duelos. Y eso, por ahora, le vale para ser, semana a semana, parte del once titular.