ESPANYOL

Bailly o el giro de un club que dejó atrás la penuria

El central, que visitó Sant Adrià, fue vendido de forma precipitada en su momento. Ahora, esto no sucedería en un Espanyol sin necesidad de traspasos.

JOHN SIBLEY

Como una aparición, el pasado lunes Eric Bailly, jugador criado desde juveniles en el Espanyol y que fue traspasado por apenas 5,2 millones de euros al Villarreal en una época de penurias económicas, estuvo en la Ciudad Deportiva de Sant Adrià. El ahora jugador de Manchester United llegó con una sudadera blanca, un gorro y su mochila. Pasó inadvertido. Saludó a las camareras del bar y a algunas personas que estaban esperando que el primer equipo finalizara el entrenamiento. Poco después, comentó a AS que había venido a tratarse de su lesión de rodilla con el doctor Ramon Cugat (el 25 de julio se sometió a una operación) y aprovechó para visitar su anterior casa y a algunos profesionales que habían compartido con él sus años de formación.

Su venta, ahora que de nuevo Espanyol y Villarreal se miden otro curso más, es un reflejo del giro que ha dado el club perico en los últimos cuatro años a nivel económico. El central costamarfileño jugó cinco partidos con el primer equipo, entrenado en aquella campaña por Sergio González, pero todos en la cantera y en la dirección deportiva eran conscientes de su progresión. Se trataba de una joya. También lo advirtió el Villarreal, siempre pendiente de los movimientos en el Espanyol. En enero pagaron 5,2 millones por él. El Espanyol necesitaba liquidez inmediata para realizar un importante pago a Hacienda y evitar la inviabilidad del club.

La venta de Bailly supuso un golpe de realidad para el Espanyol, que tuvo que renunciar a uno de sus jugadores más prometedores y venderlo por un precio inferior a su futuro valor en el mercado.

Negocio redondo. De hecho, el jugador apenas estuvo una campaña y media en el Villarreal. En el verano de 2016, el Manchester United pagó su cláusula de 40 millones, una venta que para el club perico hubiera supuesto prácticamente su pagon íntegro con Hacienda en aquella época.

En estos años, el central ha jugado 50 encuentros en la Premier y ha mantenido su progresión pese a haber sufrido varios contratiempos con las lesiones.

Hoy en día, el Espanyol no repitiría un caso como el de Eric Bailly. Sin urgencias económicas, solo con las deudas controladas del club y la que se debe devolver al presidente Chen Yansheng, Bailly hubiese supuesto un caso parecido al de Marc Roca este verano. Al mediocentro, con una cláusula de 40 millones, no se le dejó salir pese a que el Bayern de Munich quiso pagar la mitad. Los tiempos han cambiado y el caso de Bailly representa el oscuro pasado económico.

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